Poco pasó para lo aparatoso del accidente. El choque y posterior vuelco de un turismo sobresaltó a los vecinos del barrio de Castañares a media mañana. El vehículo se llevó por delante una farola, se empotró con otra y acabó volcado junto a una de las casas de la travesía de la N-120. El conductor, de 45 años, que dio positivo en la prueba de alcohol -casi quintuplicaba la tasa permitida, según fuentes policiales- y conducía a una velocidad más alta de la permitida, no sufrió heridas graves, aunque fue trasladado en ambulancia al Hospital Universitario.

Los hechos ocurrieron sobre las 11:30 de la mañana. Una llamada al centro de emergencias 112 de Castilla y León alertó de que un vehículo que circulaba en dirección Burgos por la N-120 se había salido de la vía y había terminado empotrado junto a una de las casas de la travesía de Castañares. El informante señaló que el conductor se encontraba en el interior del habitáculo y no podía salir por su propio pie, pero estaba consciente.

La sala movilizó al Sacyl, a la Policía Local y a los Bomberos, que acudieron para realizar las labores de excarcelación. Una vez consiguieron sacarle del turismo, fue atendido in situ por personal sanitario y finalmente trasladado al Hospital Universitario de Burgos. Fuentes consultadas por este periódico apuntan que el varón asistido no presentaba heridas graves.

El siniestro causó pequeñas retenciones en el tráfico. La Policía Local tuvo que desviar a los vehículos que iban hacia Logroño por las calles del barrio y a regular la circulación que circulaba en dirección Burgos. Efectivos del cuerpo municipal tratan de esclarecer las causas. El conductor dio positivo en alcohol -casi quintuplicaba la tasa permitida, según fuentes policiales- y, por la violencia del primer choque contra una farola, que la derribó, todo apunta a que circulaba a una alta velocidad.