La familia del menor cree que el mal uso de la mascarilla solo fue una excusa. «Le tenían fichado y han aprovechado la ocasión», asegura un tío del joven, que contradice la versión de que fue el chico el que inició el forcejeo con los agentes y que pide que se revisen las cámaras de la zona para observar la secuencia entera y salir de dudas. 

«Tenía la mascarilla puesta en el cuello, porque hasta en las imágenes en las que ya está en el suelo inmovilizado se ve que la lleva, pero se bajan de la patrulla directamente como unas fieras a por él», sostiene. 

Según su relato de los hechos, al ver a su hijo en problemas, la madre intervino e incluso admite que golpeó al policía, aunque no con la fuerza suficiente como para provocar las lesiones que se reflejan en el parte. «Es cierto que le da un golpecito por la espalda, como diciendo ‘te estás pasando, suéltale’. No le da patadas ni puñetazos como dicen en la denuncia».  

La mujer pasó unas horas en el calabozo y ahora se enfrenta a una posible sanción por agresiones y resistencia a la autoridad. También ella tiene intención de denunciar a los policías al considerar que hay un empleo excesivo de la fuerza con una persona de 14 años, aunque en el parte médico del menor no figuran lesiones. «No le quisieron casi ni revisar», lamentan. 

Para el tío, la actuación que ha generado la polémica responde a una venganza de la policía porque «le tenían ganas» por otros incidentes previos. No oculta que durante el confinamiento su sobrino ha recibido alguna denuncia por saltarse la prohibición de salir de casa «para ir a comprar», pero considera que se le está criminalizando sin tener en cuenta su edad. «El chaval no es un angelito pero no deja de ser un crío, y es una barbaridad como le han tratado. Las formas son totalmente desproporcionadas. Está todavía en shock por lo que ha pasado y por la repercusión que ha tenido», sentencia.