Burgos no recibirá, por el momento, ni un euro de los fondos europeos para producir hidrógeno renovable en su territorio, lo que supone un auténtico mazazo en sus aspiraciones para estar en la primera línea de la carrera por la descarbonización energética con sus propios medios y recursos.
El proyecto que impulsa la ingeniería vasca Sener en el polígono industrial de Villalonquéjar (en los antiguos terrenos de Cirtubo) para la construcción de una planta de producción de hidrógeno y amoniaco verde ha quedado fuera de la segunda convocatoria del programa H2 Pioneros, decisión que ha sorprendido dado que en la resolución provisional de este programa se otorgaba una ayuda de 1,6 millones de euros para el arranque de esta instalación.
La resolución definitiva del IDAE, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha estimado las alegaciones presentadas por la ingeniería para intentar optar a los 14,9 millones de ayuda que solicitó inicialmente. Incluso el expediente ha mejorado su puntuación, pasando de los 70 puntos iniciales a los 72, algo muy positivo para optar a unas ayudas que se otorgan mediante el sistema de concurrencia competitiva.
Pese a la mejora, Burgos y dos proyectos radicados en Aragón (Morata de Jalón y Zuera, concretamente) se han caído de los 14 que fueron admitidos inicialmente en el H2 Pioneros y entre los que optaban a repartirse 150 millones de euros en ayudas de Europa.
Estos tres proyectos han dejado paso al del puerto de Gijón, el Musel, y su órbita industrial, donde se contempla la producción de 50 megavatios (MW)de hidrógeno y metanol renovable.
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