El fin de la pandemia también se nota en la estadística de criminalidad. Y ya no solo porque la delincuencia haya regresado a niveles precovid, sino por el tipo de delitos que se denuncian en las comisarías y cuarteles burgaleses. En el primer trimestre de 2022, las peleas, los robos y los delitos sexuales encabezaron el repunte. Infracciones que, en parte, están ligadas al fin de la gran mayoría de las restricciones.
Después de un 2021 sin homicidios, ni siquiera en grado de tentativa, las calles de la capital se tiñeron de negro el pasado mes de marzo con el apuñalamiento mortal a Francis Frías. Tras una discusión en el bar Nueva Tentación de la calle Francisco Grandmontagne, H.H., de 20 años, le siguió hasta la calle Vitoria y le acuchilló. Después se atrincheró unas horas en la casa de un amigo hasta que la Policía Nacional le detuvo. Ingresó en prisión un día después.
Este periódico también publicó el presunto intento de homicidio de uno de los narcos más peligrosos de la ciudad, J.M.G., alias Jero, tras golpear con un martillo a un hombre, al parecer tras una disputa de drogas. En la Comisaría Provincial le siguen la pista desde entonces, pues se encuentra en paradero desconocido.
Estos dos episodios fueron los más graves que se han producido en lo que va de 2022. En el primer trimestre también crecieron un 70% las riñas tumultuarias o peleas, contabilizándose 69. No en vano, el ocio nocturno es una de las principales fuentes de origen de las reyertas y la vida en los bares ha brotado con más fuerza que nunca. Tanto la Policía Local como la Nacional reconocen que la gente tiene ganas de pasarlo bien y por ello han puesto más patrullas en la calle.
Pero es que también se han incrementado los delitos sexuales, en este caso un 75%. Bien es cierto que desde la Comisaría Provincial explican el repunte por una mayor concienciación de las mujeres a la hora de denunciar. Comportamientos que antes se dejaban pasar, ahora no se toleran. De hecho, casi la totalidad de estas infracciones penales (en el primer trimestre fueron 21), se esclarecen a las pocas horas o a los días porque el autor es conocido. Muchas veces se dan en un ambiente festivo, incluso de confianza, en el que el agresor aprovecha cierta vulnerabilidad de la víctima.
En cuanto al resto de delitos, cabe destacar también un aumento del 63% en los robos con fuerza en las cosas, tanto en domicilios como en establecimientos. Fueron 214 por los 131 del año anterior.
También reseñable del incremento del 61% en los hurtos. Menor repunte presentaron las sustracciones de vehículos (se pasó de 18 a 21) en el mismo periodo de tiempo.
Aunque la estadística refleja un crecimiento de los delitos de drogas, es necesario aclarar que no es debido a que haya más sustancias en la calle, sino que los hechos que aparecen en los datos son investigaciones propias de los cuerpos policiales. La Brigada de Estupefacientes de la Comisaría Provincial ha duplicado sus efectivos. Por municipios, se denunciaron 371 infracciones penales en Aranda (un 12% más) y 339 en Miranda (40%).