Burgos no ha sido tomada por las serpientes, pero las víboras, que en estas fechas proliferan en la provincia burgalesa, han dado un susto a más de uno. Tres personas han sido atendidas en las últimas semanas en el Complejo Asistencial de mordeduras causadas por este tipo de culebra. Uno de los casos se dio en Villadiego y los otros dos en la capital. Las víctimas entraron por Urgencias y después fueron derivadas a la Unidad de Cirugía Plástica, donde permanecieron un máximo de 48 horas.
Estos tres accidentes «no constituyen un número alarmante», según señala Francisco Callado, jefe de la Unidad e Toxicología Clínica del Complejo Asistencia Universitario de Burgos. Explica que en esta época del año las serpientes de esta especie se multiplican, «pero son de poco tamaño -en torno a los 25 centímetros de longitud- y el veneno» que inyectan a quienes muerden «no es suficiente para causar patologías graves en la víctima y mucho menos la muerte».
Por ello, quienes han tenido la mala suerte de recibir el mordisco de una víbora presentan «inflamaciones en los miembros afectados -generalmente los brazos, las manos o las piernas».
Lógicamente, la reacción de las víctimas es la de asustarse. Por ello acuden veloces al hospital cuando se han percatado de que una serpiente les ha mordido. Algunos, incluso, apresan al animal para llevarlo al médico y así establecer fehacientemente qué especie ha sido la responsable de la mordedura.
Sin embargo, el tratamiento para que desaparezcan los síntomas no requiere de ningún antídoto específico. Con antibióticos, analgésicos y la antitetánica es suficiente. En ocasiones, según advierte Callado, puede provocar vómitos, mareos o fiebres. En este caso hay que acudir inmediatamente al hospital.
Las víboras pueden aparecer en cualquier zona verde. Las mordeduras tienen lugar de forma accidental, «no es que las víctimas las cojan con afán de jugar y reciban la mordedura». Al arreglar el césped de un jardín o cortando flores, «pueden surgir y de forma sorpresiva atacar a la persona».
A pesar de estos tres casos acaecidos en la provincia de Burgos, la situación no es alarmante, según el doctor. Los ingresos se produjeron los días 13, 17 y 27 del pasado mes de mayo. Ninguno de los afectados pasó más de dos días en el hospital. De hecho, ninguno de ellos presentó síntomas de cierta gravedad. Puede que alguna víctima ni siquiera haya acudido al médico.
En la provincia de Burgos hay tres variedades de víboras: áspid, seoane y hocicuda. Esta última es la más común y la que ha provocado los tres ataques este año. En puntos de la Lora, incluso conviven las tres especies juntas.