Han pasado siete años desde que Javier Castro dirigiera el estreno de la ópera El mozo de mulas con la Orquesta Sinfónica de Burgos, un hito en la historia de la agrupación y en el de la ciudad porque sonó por primera vez una de las obras más importantes de Antonio José. El idilio de la OSBu con el compositor burgalés no ha sido flor de un día, sino que se ha mantenido a lo largo de toda la trayectoria de la formación, dado que ha tenido siempre entre sus objetivos interpretar todo el repertorio para orquesta del músico asesinado en Estépar en 1936: Sinfonía castellana, El molinero, Evocaciones, Ingenua... Y tampoco es puntual la vinculación de Castro con Antonio José, primero al frente de la OSBu, más tarde con el coro Ars Nova y después con su trabajo de investigación sobre Minatchi, que ha estrenado en versión concierto y en escena. Así que no resulta extraño que batuta y orquesta vuelvan a juntarse para interpretar una obra inédita del destacado músico.
En ese afán por difundir su obra, los miembros de la OSBu Alberto Sagredo, Enrique García Revilla y Enrique Parra han recuperado del fondo de Antonio José que conserva el Archivo Municipal de Burgos la pieza Alla Haydn, compuesta hace cien años. Y la van a estrenar este domingo bajo la batuta de Javier Castro, miembro fundador de la orquesta y especialista en el compositor burgalés. «Es un concierto especial porque sigo a la orquesta y estoy orgulloso de lo que han conseguido. En realidad se juntan tres cosas: siento que es volver a casa porque me siento parte de la historia de la orquesta;me hace ilusión regresar con un grupo que conozco tanto, y profesionalmente es un reto muy bonito porque lo hacemos con un programa especial», reconoce Javier Castro.
La pieza que estrenan, de la que también han hecho una edición, «es una obra con pocas pretensiones pero muy interesante». «Es como un ejercicio de estilo y al llamarse Alla Haydn ya indica que la compuso como lo hacían los clásicos en lugar de seguir armonías modernas o su propio lenguaje, que en 1923 ya lo tenía definido».
Castro la califica de «divertida» por el tono jocoso que utiliza -que en ocasiones se asocia con Haydn- y eludir los tintes dramáticos. «Una vez más estamos haciendo esa labor tan bonita de recuperación de nuestro patrimonio», añade. Todo esto lo explican este sábado, en la mesa redonda que ofrecerán en la sala Polisón (20:15 horas).
El resto del programa que interpretan el domingo (a las 19:30 horas en el Fórum) gira en torno a la tonalidad en do mayor, como la obra de Antonio José: tocarán la Sinfonía nº 9, de Schubert, y el Concierto nº 13, de Mozart.
La primera es una sinfonía de proporciones gigantescas que supone todo un reto para los músicos «por el estilo, la resistencia y la técnica para todos los instrumentos y sobre todo para las cuerdas», añade Castro, para quien es la obra más difícil a la que se ha enfrentado. En la de Mozart participa el pianista cubano Leonel Morales.