El Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos ha comprobado que, efectivamente, un joven ejemplar de oso pardo se paseó por los bosques de Montorio hace unos 20 días, tal y como avanzó Diario de Burgos. Todo apunta, sin embargo, a que se trataba de una incursión fruto de la curiosidad o motivada por la necesidad de poner tierra por medio ante algún problema en su comunidad, puesto que no han encontrado indicios de que se haya quedado a vivir en esta zona, a unos 30 kilómetros de Burgos.
Los profesionales de la Junta de Castilla y León confirman la veracidad del vídeo grabado por una cámara fija hace unos 25 días, en el que se ve claramente a un ejemplar de la especie que ha traído en jaque a los apicultores de la comarca de Las Merindades más cercanos al valle de La Engaña, limítrofe con Cantabria. En este caso no se ha reportado ningún daño a colmenas o ganado, ni tampoco han detectado huellas de su presencia los agricultores y cazadores de la comarca, por lo que todo parece indicar que el oso llegó de excursión y se volvió por donde vino.
En las Merindades tampoco han vuelto a detectar indicios de la presencia del ejemplar que les visitaba desde finales de mayo y que tras protagonizar diversos ataques a explotaciones apícolas, la mayoría de la Merindad de Sotoscueva, se ha esfumado. Los expertos explican que frecuentemente los machos jóvenes abandonan su hábitat en época de celo para evitar enfrentamientos con los adultos y que regresan una vez que se ha 'enfriado' la situación en casa.
Captura del vídeo del oso merodeando por un paraje próximo a la localidad burgalesa de Montorio.Los primeros movimientos del oso pardo en territorio burgalés se detectaron en 2016, en el entorno del Monte Hijedo del Alfoz de Santa Gadea.
Los agentes medioambientales sospechan que el animal pudo llegar a Montorio, conocido refugio del músico Rosendo Mercado, procedente del suyo, en los bosques palentinos de Brañosera. Según Google Maps, ambas localidades distan apenas 70 kilómetros por carretera, menos incluso en línea recta, y los osos son capaces de recorrer varias decenas de kilómetros en una sola noche, por lo que le bastó un fin de semana para llegar hasta la localidad burgalesa, darse un garbeo y decidir que quería volver a casa. Para la próxima primavera, a nadie le sorprenderá que vuelva.