Aún recuerdo el camino que seguía por el pueblo hasta llegar al colegio donde cursaba la tan nostálgica E.G.B. Calles estrechas, otras largas y otras demasiado solitarias. El veintidós de diciembre el recorrido se volvía especial; se podía escuchar a través de las ventanas de las casas el soniquete de los niños de San Ildefonso cantando los números del sorteo de la lotería. Ese día tenía siempre algo particular en el ambiente, la ilusión de todos. Una sensación que duraba unas horas, pues nunca nos tocaba nada en casa y después de comprobarlo, ya saben eso de que el día de la ilusión se convertía en el de la salud.
Por cuestiones laborales he seguido escuchando el sorteo navideño durante muchos años, viviéndolo de una manera diferente: dentro de la radio. Les aseguro que es una experiencia única pero también estresante. Te invade la incertidumbre porque ese día se trabaja sin saber muy bien qué va a pasar, si los redactores tendrán que salir a la calle si toca algún premio, si vamos a poder empezar nuestro programa a la hora o habrá que improvisar... Pura adrenalina que siempre echo de menos.
El sorteo de este año lo he vivido desde casa y no he podido evitar el sintonizar la radio (Onda Cero, por supuesto) porque nadie te cuenta la lotería mejor que el maestro Taboada.
Distraída con el móvil y escuchando la radio, por fin… sale el Gordo. Oigo ocho, levanto la cabeza para ver la tele, que también estaba puesta, y veo la terminación. ¡Ea! ¡Que me ha tocado una cesta! Les juro que nunca me he levantado del sofá a la velocidad que lo hice en busca de mi boleto premiado. Miro el número y sí. ¡Es el mío! ¡Es el mío! Vitoreo y lo celebro hasta que empiezo a leer todo lo que pone en la participación… La cesta se sorteará el seis de Enero. ¡Maldita sea mi mala suerte! Después de pasar la vista varias veces por la fecha del sorteo, lo siguiente que hice fue reírme a carcajadas. Y así continúo cada vez que lo pienso, porque la ilusión que se crea estos días es un lujo que deberíamos conservar durante todo el año, porque la ilusión es la que nos motiva y la que nos da la vida. Que no se pierda.