El proyecto Vivienda de Alquiler Rural (VAR) iniciado por la Diputación de Burgos a mediados del pasado enero para que aquellos que deseen repoblar sus pueblos no se sigan encontrando con el problema de la falta de inmuebles disponibles está dando sus primeros frutos. La fase de elaboración de un inventario de alojamientos susceptibles de ser alquilados sigue en marcha y desde que se abrió hace unos meses ya se han registrado 67 inmuebles cuyos propietarios, los ayuntamientos, han mostrado un interés inicial en arrendar.
Por zonas, 9 de ellas están en Las Merindades, 19 en la Sierra de la Demanda, 10 en la Ribera del Duero, 11 en el valle del Arlanza, 10 en el entorno de Castrojeriz, 6 en la Bureba y 2 en Pinares. El estado de la mayoría, según expresaron en el momento del registro a través de la web www.alquilerpueblosburgos.es, hace necesaria una reforma profunda o están en estado ruinoso y requieren de una intervención integral, actuaciones para las que la Diputación tratará de sacar una línea de ayudas.
En este sentido, invitan a los ayuntamientos a que sigan inscribiendo sus inmuebles en la plataforma, ya que estiman que el número de vivienda pública podría alcanzar en la provincia las 300. Respecto a las de tipología privada, 40 particulares han registrado sus propiedades y se confía en que la cifra aumente tras las reuniones informativas que desde la Diputación harán en los pueblos cabecera de comarca el próximo mes.
De entre todas las ofrecidas, cerca de una veintena necesita para poder entrar a vivir de pequeñas reformas como instalar la calefacción, pintar o colocar muebles. De ellas, la Cámara de la Propiedad, con la que la Diputación ha suscrito un acuerdo, ha trabajado ya con 15, hablando con sus dueños para informarles de en lo que consiste un arrendamiento.
De estas 15, hasta 9 son de particulares y 6 propiedad municipal: una del Ayuntamiento Santa Gadea del Cid, 2 del de Ciruelos de Cervera y 3 del de Pradoluengo. «Se podrían alquilar a corto plazo. Estoy a la espera de que los propietarios me lo digan para ponerme en contacto con la Diputación y con los grupos de repoblación para que la ofrezcan», afirma Isabel Galán, de la Cámara, que detalla que la casuística entre ellas es muy diferente. «Hay quienes buscan un alquiler a largo plazo, otros por un año e incluso que sea una vivienda nodriza, que les acoja durante 12 meses y después ayudarles a buscar otro hogar una vez que se hayan adaptado al pueblo al que lleguen», indica.
Los miedos, según Galán, de los propietarios rurales y de los urbanos son siempre los mismos: los posibles impagos y que los inquilinos no les causen problemas. En este sentido, desde la Cámara asesoran a los dueños con los contratos y los protegen jurídica y económicamente si optan por sus servicios, gestionando los trámites con los inquilinos, garantizando el cobro del alquiler y cubriendo impagos de hasta 8 meses. Todo ello, como afirma, les está quitando «ese miedo inicial a alquilar».
Apoyos. Dentro del proyecto VAR, la Diputación también firmó un convenio de colaboración con el Colegio de Arquitectos y con el Colegio de Arquitectos Técnicos de Burgos. De hecho, profesionales de los mismos realizarán visitas a los primeros 67 inmuebles catalogados «de cara a disponer de una buena foto sobre las necesidades de reforma y tenerla cuanto antes en marcha en aquellos municipios que más demanda de repobladores tienen».
Desde la administración provincial no descartan nuevos convenios con otros colegios como el de abogados o con gremios de oficios para la realización de obras de rehabilitación. Por otro lado, los grupos de acción local están colaborando en dar visibilidad al VAR y contenido al inventario de las viviendas públicas dentro de sus comarcas. Es más, estos colectivos son perfectamente conscientes de los beneficios que implicará en unos pocos años para su reactivación económica y la sostenibilidad demográfica que lleguen nuevos ciudadanos.
Con esta iniciativa, que está teniendo «una acogida extraordinaria» según precisan desde la propia Diputación, buscan conocer el número de viviendas públicas y privadas disponibles a medio y largo plazo para incorporarlas al mercado de alquiler. «Que la ausencia de alojamientos no siga lastrando las posibilidades de desarrollo ni la actividad económica de los municipios burgaleses», sentencian desde la administración provincial.
¿Qué tipo de viviendas forman parte del VAR?
Para elaborar el inventario, los propietarios deben informar de manera previa a los técnicos de la Diputación de Burgos sobre el estado de sus inmuebles. A través de sencillos formularios, se han establecido cuatro categorías diferentes para clasificar los alojamientos que se ofrecerán al público en general.
El primer bloque consta de las viviendas listas para habitar, aquellas que se encuentran en unas condiciones óptimas y no requieren de trabajos previos. En segundo lugar se localizan aquellas que, por contra, sí demandan reformas, aunque no muy aparatosas (instalación de calefacción, cambio de ventanas...). Les siguen las que sí necesitan obras en profundidad como la construcción o renovación de baños o cocina o la rehabilitación de las habitaciones o los cuartos de estar. Por último se encuentran las viviendas en estado ruinoso o casi que exigen una obra o una reforma integral.