Los 150 litros por metro cuadrado que cayeron en el interior de la provincia de Valencia durante la tarde de ayer obligaron a los Bomberos de Burgos y a todos los profesionales y voluntarios que trabajaban en la limpieza de las localidades afectadas a dejarlo todo y resguardarse. Tras una larga jornada achicando agua, revisando garajes o supervisando montacargas en búsqueda de víctimas mortales, los ocho integrantes del Cuerpo pudieron por fin descansar tras un domingo agotador.
Llegaron a Paiporta, el epicentro de la catástrofe natural, el sábado a mediodía. Unos kilómetros al norte la situación es de completa normalidad, pero una vez cruzan el barranco que se desbordó el panorama vira radicalmente. «Es una imagen apocalíptica. Parece que cambias de mundo, nadie se puede imaginar la cantidad de agua que ha barrido estas localidades», explica el sargento Juan Carlos Chicote. Hasta el este de la Península han trasladado todo el material que les permite sacar agua de garajes, sótanos o bajos, desescombrar, estabilizar edificios o estructuras e incluso para localizar posibles supervivientes.
«Mucha gente lo ha perdido absolutamente todo. Las calles parecen un escenario de guerra», asegura. Buena parte de las ingentes montoneras de coches, muebles, ramas o barro que se difundieron durante las primeras jornadas del desastre siguen en pie, lo que extrema la difícil labor de los servicios de rescate. «Las escenas que nos podríamos imaginar se quedan cortas en todos los casos con la cruda realidad», lamenta Juan Carlos Chicote.
El aspecto de las calles de Paiporta se asemeja más al de una guerra que al de un pueblo. - Foto: Bomberos de BurgosUna de las labores más arduas que han tenido que llevar a cabo entre el sábado y el domingo ha sido el rastreo de garajes en búsqueda de víctimas mortales. «Entrar da auténtico pavor», reconoce. Y es que la falta de luz, los miles de litros de agua que los inundan o la enorme cantidad de vehículos que se agolpan en el fondo de estos aparcamientos es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los 8 profesionales llegados desde Burgos (...).
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