Un entierro en el punto de mira

ÓSCAR CASADO / Miranda de Ebro
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Una segunda inhumación en el panteón donde se hizo otro sepelio polémico en noviembre vuelve a generar dudas en Miranda de Ebro sobre la normativa

El Ayuntamiento autorizó otro entierro en el mismo panteón en el que lo permitió en noviembre de 2024. - Foto: Alberto Rodrigo

Un nuevo entierro en el cementerio del Casco Viejo ha despertado las dudas sobre la clausura de panteones en esta instalación municipal y los requisitos que deben cumplirse para que el Consistorio los autorice. La chispa que ha servido para avivar la polémica surge tras la inhumación que se realizó esta semana en este campo santo. Además, se hizo en el mismo panteón en el que se realizó otro sepelio controvertido en 22 de noviembre de 2024. El encontronazo se produjo porque en aquel momento estaba prohibido celebrar entierros en este y otros 591 elementos funerarios. Con posterioridad, el Ayuntamiento de Miranda anunció una modificación del decreto inicial en el que se comunicó el cierre, pero desde la plataforma de afectados se levantó la voz y se pidieron unas explicaciones que no llegaron.

En el colectivo de perjudicados no hicieron declaraciones al ser preguntados por este segundo entierro. Sí que se pronunció el concejal de Servicios, Guillermo Ubieto, quien destacó que toda la ceremonia cumplió con los requisitos que marca la normativa municipal y se trató como una inhumación «normal». Las reglas establecen que «de forma excepcional, siempre y cuando el panteón concreto presente dos baldas superiores vacías a nivel del terreno» se pueden realizar esta ceremonia, aunque siempre sin necesidad de que los operarios municipales tengan que entrar en el agujero para completar la operación.

El féretro se mueve con «unos rodillos» en el interior, un procedimiento que las personas consultadas dudan que se haya realizado en alguna ocasión más, al margen de la primera del 22 de noviembre y el segundo entierro celebrado esta semana. Sobre el primer acto, la plataforma de afectados sí que se posicionó, porque el cambio se justificó en base a informes fechados el 18 y el 19 de diciembre, un mes más tarde de que se autorizara el primer entierro.

Así, la polémica que arrancó en mayo de 2024 con la clausura de 592 panteones en el cementerio municipal de Nuestra Señora de Altamira repunta, a la espera de ver si se producirá la reunión entre los afectados y el Ayuntamiento, tras la petición realizada desde Alcaldía.No está del todo claro si ese encuentro se producirá. Fue a primeros de diciembre cuando el Ayuntamiento hizo ese movimiento y por ahora las partes no han concretado fecha. En aquel momento, desde la plataforma no se cerró la puerta, aunque se advirtió de que el camino en los tribunales continúa abierto, pero en esto también se guarda silencio por ahora.