Un permiso solicitado por Telefónica el pasado agosto a la Junta de Castilla y León para que el cable de la fibra óptica atraviese la carretera BU-526 y que aún no ha recibido respuesta, según afirman desde la compañía, bloquea la llegada de la fibra óptica a Vallejo de Sotoscueva. Mientras esto sucede, los titulares de la estación de servicio Ojo Guareña, uno de los pocos negocios de Sotoscueva, muy próximo a las cuevas turísticas de San Bernabé y Palomera, claman estos días por un servicio de internet de calidad y la necesidad imperiosa de que la fibra óptica llegue a su negocio ante el final de la ADSL, programado para el viernes.
María Victoria e Isaac Peña Macho se dejan la vida en la estación de servicio que les legó su padre. Esta empresa requiere de un uso constante de internet, para que funcionen los datáfonos de cobro; para la constante comunicación que han de tener con la Agencia Tributaria, que controla cada uno de sus movimientos;para poder pasar las tarjetas de cliente por el programa de gestión de ventas y realizarles descuentos;para que trasmitan datos los sistemas de seguridad y videovigilancia que la ley les obliga a tener instalados; o para que funcione la tarjeta de autopago que instalaron en diciembre.
Telefónica da dos alternativas al negocio, migrar de la ADSL al sistema de radiofrecuencia a través del 4G /5G o al satélite. En ningún caso a la fibra óptica, porque Vallejo se ha quedado como una isla en Sotoscueva, viendo como a pocos cientos de metros a un lado y otro, los pueblos de Quintanilla de Sotoscueva y Entrambosríos sí disfrutan ya del servicio de fibra óptica, como la mayoría de la Merindad.
«No se entiende como se han podido saltar a Vallejo, donde nos concentramos varios negocios y la estación de tren», lamentaban ambos hermanos antes de que DB conociera el origen de lo que les sucede. Ellos nunca han podido pasar de los servicios de atención al cliente, que no les daban explicación alguna sobre la imposibilidad de contratar fibra óptica.
Junto a la gasolinera, la familia también cuenta con un bar y restaurante en alquiler, y muy cerca está una fábrica de embutidos artesanos. Los hermanos Peña sostienen que «tanto el sistema de radiofrecuencia como el de satélite dan problemas y caídas constantes del servicio», que podrían interrumpir operaciones autopago, lo que obligaría a reiniciar la máquina para que pudiera volver a funcionar. Insisten en exigir «lo que les han dado a los demás» y claman por una solución para un negocio que ya lucha contra la despoblación y el descenso de la actividad económica. Desde Telefónica aseguran que los sistemas de radio, si hay cobertura, y de satélite «no tienen nada que envidiar a la fibra y son superiores a la ADSL».