Tras cuatro décadas sin intervenciones de calado, la próxima legislatura llegará al fin, y sí o sí, el momento de rehabilitar el edificio de la avenida Cantabria que comparten la Policía Local y Bomberos y que, entre otras deficiencias fruto de la inacción y del paso del tiempo, tiene el deshonor de ser el inmueble más ineficiente desde el punto de vista energético de todos cuantos posee el Ayuntamiento. Con el proyecto dando sus últimos pasos, en el mandato que se inicia se acometerá un profundo lavado de cara que conllevará una inversión en estas instalaciones de alrededor de tres millones de euros.
Sea quien sea quien gobierne a partir del 17 de junio (fecha de la sesión de investidura), el arreglo de este inmueble no será una elección, sino una obligación, ya que en este asunto sí hay consenso político y lo que es igual o más importante: el Ayuntamiento ha conseguido financiación europea y no se puede dejar escapar esta oportunidad.
En los últimos años, la suspensión de las reglas fiscales, que ha permitido al equipo de Gobierno poder disponer de multimillonarios remanentes de tesorería, ha facilitado al área de Seguridad Ciudadana inyectar abundante dinero para la adquisición de vehículos y equipos, pero el próximo Ejecutivo se encontrará con un problema en materia de personal que urge solucionar a la mayor brevedad y que se da tanto en la Policía Local como en Bomberos: las vacantes en los puestos de mandos intermedios.
El próximo Ejecutivo asumirá en Burgos la rehabilitación de la sede de Policía Local y Bomberos. - Foto: PatriciaPero si hay algo que ha preocupado, y mucho, en la segunda mitad de esta legislatura ha sido el incremento atropellos y la letalidad de algunos de ellos. La mala suerte no es excusa y obligará a pensar en una mejor señalización (tanto horizontal como vertical), en una iluminación que incremente la visibilidad e incluso en algunos casos en la instalación de pasos elevados, radares o semáforos.
El próximo Ejecutivo deberá resolver también los problemas en la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil. Afrontar cuál será su nueva base, una vez que se asume que la actual no reúne las condiciones óptimas, y buscar un relevo estable a la máxima responsable técnica, que hace solo unas semanas comunicó su marcha. Eso, por no citar que la mayoría de los voluntarios se encuentran en este momento de baja temporal (en una especie de huelga) y que el clima en la Agrupación no parece que sea el más saludable (hay incluso alguna demanda interpuesta).
El próximo mandato se pondrá a prueba también el nuevo Plan de Emergencias Municipal de Burgos (Pembur), capitaneado desde la Policía, y se esperan pasos decididos para la creación, de la mano con la Diputación, de un Consorcio Provincial de Bomberos Profesionales.
La Policía Local, por su parte, se encontrará con la reciente aprobación de las ordenanzas de terrazas y chamizos y en sus manos estará la herramienta (si es que es la idónea) para que la nueva normativa se cumpla.
Afortunadamente, el próximo Ejecutivo se encontrará con el pacto ya firmado con la Policía Local. Aunque con sus luces y sus sombras, un problema menos desde el punto de vista de la gestión de personal. Eso sí, lo que tocará es afinar y engrasar la maquinaria de la nueva reorganización que apenas lleva unos meses en funcionamiento.
No faltan los retos.