En lo que va de año 1.138 ciudadanos han pasado por el programa de Atención a Personas en Situación de Sin Hogar y Acceso a la Vivienda que Cáritas tiene en Burgos, Aranda y Miranda. De ellos, 390 tiene menos de 36 años, una circunstancia que ha aumentado respecto al año anterior en torno a cinco puntos. En 2024, han sido ya tres de cada diez las personas atendidas que no superaban esa edad.
Según Cáritas se debe a que ha aumentado tanto el número de migrantes jóvenes que llegan a Burgos como el de «ciudadanos con dificultad para encontrar recursos de alojamiento o alquiler», detalló David Polo, responsable del programa.
En el «problemón» en el que se ha convertido el acceso a una vivienda asequible y digna coincidieron tanto Cáritas como el Centro de Integración Social (CEIS) de la Fundación San Lesmes. No poder acceder a un alquiler «bloquea todos los procesos de las personas que tenemos en el CEIS», apuntó Pilar Martínez. «No pueden pasar de fase, no podemos buscar nada fuera, no podemos trabajar con ellos la independencia o la baja supervisión porque no hay vivienda», insistió.
«Ahora mismo no es que sea una preocupación, es que es algo angustioso», afirmó Martínez. De ahí que se estén planteando modificar físicamente el edificio «para poder dar opción a apartamentos o alguna otra forma de alquiler o de ubicación dentro del CEIS».
Por el Centro de Integración Social han pasado 54 personas, de las que 13 eran menores de 35 años. En cuanto a las mujeres, es un dato que también aumenta. De las más de mil personas atendidas en Cáritas, 92 eran féminas (algo más del 8%). En el CEIS fueron 19 las usuarias (el 35%).