El esperado inicio de la construcción de la torre Zenit tendrá una importante carga simbólica añadida. El nuevo 'techo' de Burgos será una realidad en el año 2026, un edificio de 72 metros de altura que oferta 84 viviendas de tres y cuatro habitaciones y 17 apartamentos turísticos. Además, esta ambiciosa iniciativa respetará el plan diseñado por Herzog & De Meuron y será uno de los principales ejemplos del desarrollo de aquellas iniciativas previstas hace décadas que, poco a poco, comienzan a ver la luz.
«Es algo que llevaba tiempo madurándose», resume el presidente del Colegio de Arquitectos, un Javier Achirica que recuerda los conocidos intentos realizados «desde hace años» para sacar adelante una promoción que «por fin, ya tiene licencia».
Este rascacielos, además, no será la única apuesta que dará al bulevar el toque especial diseñado en su momento por los arquitectos suizos. Achirica recuerda que el proceso de las Torres Dúo «está progresando», otra idea potente que estaba «latente en el mercado» y que permaneció en barbecho durante años. «Algún día tenían que salir y este ha sido el momento», zanja.
Ambos proyectos ponen 'cara' a una tendencia en la que se pondrán en marcha las intervenciones programadas. «No se ha generado una nueva necesidad», aclara Achirica. «En el caso mencionado de las torres del bulevar hablamos de parcelas y de diseños que ya estaba previsto que se hicieran así. No se ha creado nada nuevo para ejecutarlo», explica.
Incluso, el presidente del Colegio de Arquitectos destaca que a lo largo del corredor urbano existen otros solares vacíos y anticipa más iniciativas «que completarán la ordenación prevista y aprobada en su momento».
Esta circunstancia tiene réplica en otras zonas de la capital que avanzan en su desarrollo, por lo que la expansión de la ciudad deberá esperar a que el planteamiento actual sea una realidad. El S-3 y el S-4 son las principales referencias de esta cuestión, así como la apuesta en Villímar por las viviendas unifamiliares, donde «apenas quedan parcelas».
«Hay diferentes puntos de la ciudad donde el desarrollo urbanístico estaba planteado. Hablamos de parcelas con licencia directa y se están terminando de colmatar», apunta, para aclarar que esta apuesta concreta no implica un frenazo al desarrollo de la obra nueva en otros sectores, como ocurre en Fuentecillas. «Ha habido intervenciones importantes en otras zonas y hay que destacar también aquellas edificaciones demolidas donde se levantará nueva construcción», apunta.
Mientras tanto, Achirica subraya el gran atractivo generado por los municipios del Alfoz desde antes de pandemia y agudizado tras la crisis sanitaria. Aquella situación hizo que muchas personas «cambiaran su idea para buscar una vivienda en municipios cercanos» y ahora surge otra alternativa que cuenta con una gran demanda: las terrazas amplias.
«Vemos que es un modelo que empieza a funcionar. Antes se apostaba por un cerramiento generalizado de un espacio que no tenía un gran tamaño, pero la idea actual permite prolongar la vida de la vivienda hacia el exterior y disfrutar de esas terrazas», indica Javier Achirica.
Mientras la ciudad seguirá su camino para diseñar la expansión del futuro, el Colegio de Arquitectos se mantiene a la espera de conocer los datos definitivos relacionados con el número de visados de vivienda nueva tramitados en Burgos durante un año 2023 extraño.
Si el primer semestre registró unos datos notablemente inferiores a los cosechados en periodos similares, el mercado inmobiliario burgalés repuntó en verano al duplicar los certificados acumulados en los mismos meses de 2022 y repetir los registros previos a la pandemia.
Sea como fuere, el desarrollo de los acontecimientos durante el sprint final de año marcará el balance general de un 2023 en el que el Colegio de Arquitectos de Burgos detectó «una ralentización» en el ritmo de la tramitación de los visados de obra nueva.