Cuando ser el más puntual es un veneno

A.C. / Entrambasaguas
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El menés Emilio Pascual Sánchez acaba de ganar el Campeonato de España de Rallyes de Vehículos históricos en regularidad

Emilio Pascual, a la izquierda, y Darío José García en su BMW 325 del 86. - Foto: DB

Emilio Pascual Sánchez nació en Bilbao, pero se enamoró hace 46 años de una menesa. La tierra y las gentes que le adoptaron también le atraparon. Su única nieta posiblemente desbancó a todos, pero no hay nada que pueda desprenderle de un «veneno» que entró en su vida hace 17 años gracias a Sergio Cámara, el de la puntualidad al volante. Su pericia con los cálculos necesarios en cada tramo de las carreras para acercarse lo máximo posible a los tiempos  que marca la organización le han llevado a ganar como copiloto el Campeonato de España de Rallyes de Vehículos Históricos en regularidad. El pasado día 2 en la última de las siete pruebas disputada en A Coruña junto a su compañero, el empresario madrileño Darío José García, se alzaron con el título después de ganar los rallyes de Costa Daurada y Avilés y realizar dos segundos puestos, dos terceros y un quinto en el resto.
Sergio Cámara, titular de un conocido taller mecánico en Maltrana, buscaba a un copiloto para comenzar a competir con su Renault 5 GT Turbo. Se lo propuso a Emilio, también vicepresidente del Automóvil Club Valle de Mena (ACVM),y decidió aprender un poco con José María García (Copito), ya fallecido y que también vicepresidió el ACVM. Su primera competición le llevó al Rallye de San Martín de Don en el Valle de Tobalina «con la mala suerte de que lo ganamos». Y ahí comenzó el idilio con el motor de este jubilado de banca, apasionado de los números.

Solo cronómetro. Desde entonces no ha parado de competir. Con Cámara, al que considera «uno de los mejores pilotos de regularidad del norte de España», ha disputado y ganado infinidad de pruebas, como el Rallyestone, de Bilbao, o los de Gernika, Durango, Amorebieta, Mungia, Cantabria... Recuerda uno en especial que lideraron al día siguiente de nacer su nieta en Ugao-Miraballes. Y todo sin nuevas tecnologías ni instrumentos de apoyo, salvo un cronómetro y el cuenta kilómetros para realizar los cálculos certeros.

Con Cámara no podía dar el salto a tierras lejanas, porque carece de tiempo para desplazamientos largos. Pero el secretario del ACVM, Iñaki Amayra, le habló en 2021 de un piloto que buscaba compañero. Con el médico sevillano Emilio Torres descargó adrenalina durante un par de temporadas, pero decidió retirarse tras un pequeño susto.

En el mundillo de la competición nacional se cruzó en su camino Darío José García y con él ya fue subcampeón de España el pasado año hasta llegar al podio absoluto en esta campaña con un BMW 325 matriculado en 1986. En cada rally se han desplazado varios días antes a entrenar en el recorrido que iban a realizar durante la prueba. Aunque no se puede pasar de 60 kilómetros por hora, las curvas tan cerradas que deben de tomar no dejan a nadie indiferente y pueden llegar a derrapar y cruzar el coche por completo. La organización marca los tiempos en numerosos puntos de cada tramo de unos 10 kilómetros cada uno y mide el crono de los participantes por GPScasi kilómetro a kilómetro. Una y otra vez, los pilotos ensayan como recorrerlos en los minutos indicados, aquí sí, con instrumentos y tecnología que ayudan. «En el Campeonato de España las décimas de segundo son vitales», advierte Emilio quien de estas experiencias se lleva «personas maravillosas y grandes amigos con los que te estás pegando por una décima, pero a los que das un abrazo cuando acabas».

Y si puede les habla del Valle de Mena, la pequeña Suiza que durante décadas ha observado desde la privilegiada situación de su casa en  Emtrambasaguas. Allí también disfruta de otro histórico, un Jaguar de 1988 que lleva a concentraciones. La participación en los rallyes dice que le ha hecho «mejor conductor» en su día a día, porque «antes corría con el coche y ahora me desahogo en las carreras». Eso sí, critica con dureza el mal estado de la CL-629 hasta Vizcaya. «Clama al cielo el deterioro que sufre».