Cerca de 200 relatos cortos ambientados en Silos, ya sea en la localidad burgalesa o en su monasterio y con referencias a un hecho o personaje histórico, han protagonizado la cuarta edición del concurso literario organizado por la Fundación Silos, cuyo tirón no solo queda reflejado en el volumen de textos recibidos en esta ocasión sino también en la calidad de los mismos. Han coincidido en este aspecto los miembros del jurado del certamen, así como en la dificultad para elegir el ganador, si bien ha pesado la «conjunción» de una serie de características, reunidas bajo el título La fonda de la viuda, para conceder el premio a Guillermo Velasco.
Esos requisitos pasan por la «frescura, la novedad y la diferencia», es decir una «originalidad» que ha llamado la atención de los miembros de ese comité de selección, tal y como explicó ayer el escritor Fernando Conde, quien además destacó la singularidad de estar escrito en primera persona -por una protagonista femenina- y de mezclar con brillantez la realidad y la ficción, introduciendo la temática silense de «manera muy creíble y acertada». Y esa parte histórica entra en el relato de la mano de Antonio Maura, estadista y cinco veces presidente del Consejo de Ministros, que en medio de tiempos de convulsos solo buscaba la tranquilidad y el descanso en el monasterio.
«Toda esta conjunción de elementos está muy bien resuelta y no era algo fácil», subrayó Conde, quien puso de relieve el elevado número de participantes en esta edición, así como el hecho de proceder tanto del territorio nacional como internacional, con presencia de países como México, Colombia, Argentina o Chile. Una atracción que, según sostuvo, revela la proyección que va adquiriendo este premio, dotado con 1.500 euros y que formará parte, junto a los cinco finalistas, de un libro sobre la cuarta edición del certamen.
Finalmente, el galardón se ha quedado en Burgos y quien lo recibe no duda en mostrar la sorpresa que le ha causado la decisión del jurado. «No me lo esperaba», confesaba este profesor de Español momentos después de conocer la noticia. Fue la casualidad de toparse con las bases del concurso y su temática lo que le animó a presentarse. Por un lado, se refiere a la atracción que despierta Santo Domingo de Silos de forma generalizada y, por otro, al mundo de los monasterios. Conjugó los dos aspectos y dio forma a una obra de no más de 5.000 palabras en la que eligió a la figura de Maura en representación de esa «política de altas esferas que en un momento dado, de mucha instabilidad, solo quiere descansar». Se trata, según apuntó Alonso, de una mera contextualización de la obra, sin pretensiones de «relato histórico».
La llegada de este reconocimiento le animará a participar en más certámenes, aunque reconoce que «otra cosa será que me acompañe el tiempo o la inspiración». Por el momento, crecerá esa «buena carpeta» de textos que guarda y que responde a su pasión por la escritura.