Nadie puede imaginarse unas fiestas sin charangas. Eso sí, cuando la música suena a las dos o a las tres de la madrugada, el ruido entra en el dormitorio, hace imposible conciliar el sueño y uno se acuerda de que el despertador va a sonar en unas pocas horas, la fiesta solo existe ya para la turba (entiéndase en un sentido cariñoso) que acompaña y alienta a los músicos para que no detengan el repertorio.

En los Sampedros del año pasado no faltó esta animación en la calle, pero tampoco las llamadas de vecinos denunciando molestias. Hasta el punto de que el Ayuntamiento, en la búsqueda de un equilibrio, decidió acotar los horarios de las charangas mediadas las fiestas.

Se ha sabido ahora que la Policía Local levantó un acta de infracción el 27 de junio, a las 1:37 horas, a la responsable de una charanga que estaba tocando en la Llana de Adentro.

No es habitual que se castiguen estas infracciones. De hecho, en ninguna de las otras doce intervenciones realizadas el año pasado ante un aviso por ruido de una charanga, los agentes optaron por multar. Lo que hicieron, tal y como recoge un informe elaborado por la Policía Local en el que se explica la manera en que han venido actuando, fue «requerir el cese inmediato de la citada actividad».

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