El megaproyecto de la compañía Ibereólica en Lerma para generar hidrógeno verde tardará aún unos meses en poner su primera piedra. A pesar de que los planes previstos por la firma española pasaban por arrancar este verano con la construcción del parque eólico, del fotovoltaico y de sus infraestructuras asociadas, la tramitación administrativa y la suscripción de los contratos con los futuros consumidores de esta energía renovable lo han retrasado. Al menos para lo que resta de este ejercicio.
Cada vez son más los complejos de generación de hidrógeno que se idean en la provincia, pero adecuar este tipo de energía al funcionamiento de las empresas, especialmente de las industrias, es otro cantar. Así las cosas, Ibereólica está a la espera de poder firmar acuerdos de venta de una buena parte de las 4.000 toneladas anuales de hidrógeno que generarán en la comarca del Arlanza. En una tesitura idéntica se encuentran a día de hoy la inmensa mayoría de proyectos de generación de hidrógeno verde: hallar quienes les compren su producción.
Las asociaciones empresariales han venido reclamando en los últimos meses que se impulse la transformación de las industrias para que puedan cambiar el consumo de gas natural o electricidad por el del hidrógeno renovable. Únicamente se salvan, y por ende son los planes que van más avanzadas, los proyectos que nacen con el objetivo del autoconsumo.
El caso de Lerma, su complejo constará de una planta fotovoltaica de 15 MW y una eólica de 34 MW que alimentarán un electrolizador de 25 MW. La combinación de estas fuentes de energía es lo que hace al proyecto de la villa ducal pionero en la producción de hidrógeno verde, un ecosistema que contribuirá a la consecución de los objetivos de descarbonización promovidos por la Unión Europea.
Confianza. La inversión prevista en la parcela ronda los 75 millones de euros y se extenderá a lo largo de 200 hectáreas junto al campo de golf. El hidrógeno verde producido en Iberlerma H2 se podrá utilizar como materia prima, para uso térmico, para uso mediante blending en la red de gas o como combustible para vehículos a través de hidrolineras. El polígono de Villalonquéjar, en la capital, podría ser su principal receptor.
El proyecto contará con un Centro Tecnológico del Hidrógeno, con una inversión en programas de formación y proyectos de I+D+i, además de otras instalaciones como la subestación transformadora. A este se sumará la instalación de una red propia de distribución hacia los polígonos industriales de la zona o de la capital.
En relación a los puestos de trabajo, durante su construcción Ibereólica plantea contratar a cerca de dos centenares de personas, mientras que posteriormente se crearán alrededor de una veintena de plazas de trabajo estables. Las obras se prevé que puedan prolongarse unos 20 meses, por lo que no será -al menos- hasta 2027 cuando sea una realidad.