Precios algo más moderados en la cesta de la compra, hipotecas más asequibles, mayor capacidad de ahorro y también de gasto y, a partir del próximo año, menos horas de trabajo sin merma de salario. La nómina mensual recupera, poco a poco, la holgura adquisitiva que perdió súbitamente en los dos últimos años de inflación y tipos de interés históricamente disparados tras la pandemia y parece que la tendencia a la normalización del coste de la vida proseguirá a lo largo de 2025.
Dicho esto, hay nubarrones y muchos en el horizonte. Los sindicados vaticinan que las reivindicaciones de subidas salariales se intensificarán en la negociación colectiva que se avecina, pues entienden que aún está lejos el equilibrio razonable entre beneficios empresariales y nóminas.
A su favor y solo con su apoyo y el del Gobierno (y el 'no' de las patronales CEOE y Cepyme), la implantación por ley de la jornada semanal de las 37 horas y media, que supone -indirectamente- una mejora en las retribuciones, también un coste extra para muchas empresas y un factor altamente desequilibrante en los tiras y aflojas de la negociación por rascar unas décimas a la previsión del IPC.
De entrada, en Burgos ningún gran convenio llega a las a las 1.712 horas/año que persigue el Gobierno de Pedro Sánchez, por lo que en 2025 se dejarían de trabajar una media de 55 horas en la provincia. Traducido en días, suponen una semana menos de fichaje sin tocar sueldos, aunque la incidencia difiere de un convenio a otro y es especialmente alta en los sectores del comercio, el agropecuario, las bodegas y distribuidores y la industria panadera.
Los empresarios lo entienden como una subida salarial impuesta a golpe de decreto, añadida a lo que ha ocurrido con el Salario Mínimo Interprofesional y, por si fuera poco, sumado a una reforma fiscal en marcha en contra de sus intereses.
evolución en positivo. La tasa interanual de inflación se sitúa en el 1,8%, según los datos a fecha del mes de octubre, porcentaje que el próximo año se estabilizará en torno al 2% en los cálculos que hacen las principales entidades bancarias. Son porcentajes muy alejados de lo vivido en los últimos años, que despejan muchas incertidumbres y que permitirán, de entrada, más generosidad en las subidas salariales pactadas.
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