Crisis de identidad

C. De la Blanca (SPC)
-

Inglaterra ha cuajado una pírrica primera fase a pesar de quedar líder. Todas las críticas apuntan hacia Southgate, que tiene a su equipo encorsetado en un juego sin alma

Bellingham no está mostrando el nivel que ha lucido hasta la fecha en el Real Madrid. - Foto: Yoan Valat (EFE)

En Inglaterra hace tiempo que siempre es el día de la marmota. Llega un gran torneo y su amplio abanico de jugadores en lo más alto de las clasificaciones de los mejores del mundo les hace partir como favoritos. Las casas de apuestas elevan a los 'pross' a su cuota más baja para levantar el trofeo y, a la hora de la verdad, cuando el balón echa a rodar, llega el golpe de realidad.

Los inventores de este negocio parecen sumidos en una infinita crisis de identidad. En 2008, cuando naufragaron camino a la Eurocopa de Austria y Suiza, se levantaron las alfombras y se limpió toda la 'suciedad' que hasta entonces se había ocultado y no eliminado. Se estableció un plan de base para potenciar al jugador nacional y se estimuló como nunca el trabajo de cantera.

El fruto de ese trabajo se observa ahora: Inglaterra cuenta en sus filas con el mejor futbolista de la 23/24 en la Premier, Phil Foden, y con el de LaLiga, Jude Bellingham, entre otros maravillosos prestidigitadores del esférico.

Sin embargo, la problemática de base ahora no está sobre el pasto, sino en el banquillo. La mano que dibuja la estrategia de los futbolistas esgrime un plan arcaico, nada acorde para moldear como demanda la materia prima que tiene entre manos.Gareth Southgate es el engranaje discordante de una máquina construida para que la selección británica levante su segundo título oficial casi 60 años después del Mundial.

Desdibujados

La Eurocopa 2024 supone un nuevo ejemplo de la nula capacidad del técnico inglés para llevar a lo más alto a un grupo ya acostumbrado a grandes cosas en sus clubes. Declan Rice, la extensión de Mikel Arteta en el Arsenal, está desubicado. Bellingham, pieza bisagra entre el ataque y el centro del campo del Real Madrid campeón de Europa, apenas ha mutado su gesto contrariado desde que comenzó el torneo. Foden, la joya que Pep Guardiola ha moldeado hasta hacer de él uno de los mejores del planeta, es inofensivo en Inglaterra. Demasiado desperdicio para un bloque llamado a la gloria en Berlín.

Ni siquiera los experimentos con fines creativos le salen bien a Southgate. Trent Alexander-Arnold acompañando a Rice no ha resultado.Rectificó con Connor Gallagher, más de su agrado, pero la prueba quedó en agua de borrajas de nuevo. La última opción fue Kobbie Mainoo, que sí pareció dotar de cierto sentido a la 'sala de máquinas' de los 'pross'.

Quizá retrasar la posición de Bellingham para poner su calidad al servicio de la base de la jugada e interiorizar a Foden para recuperar su estupendo primer control mejoraría las prestaciones de una selección de talento encorsetado por un técnico anacrónico.

Eslovaquia volverá a poner a prueba a un Southgate señalado desde todos los estamentos. Tiene la materia prima en sus manos, pero su inamovible forma de pensar  apunta a ser el escollo que se encontrarán unos 'Three Lions' que en octavos de final se despertarán en un nuevo día de la marmota.