Las exportaciones de carne y despojos alimentarios a China siguen encabezando la balanza comercial de Burgos en volumen. Son 5.777 toneladas de porcino comercializadas hasta el pasado mes de junio por valor de 8,4 millones de euros, importe económico solo superado por los cosméticos (26,6 millones), la maquinaria y los aparatos mecánicos (18,8) y los fármacos (8,7).
Pese a las tensiones arancelarias entre China y Europa, el peso del porcino en las exportaciones de Burgos sigue siendo muy elevado y mantiene la actividad y una relativa tranquilidad en la industria cárnica local, liderada por Campofrío, que también encabeza el ranking de exportadores a nivel nacional.
«Es una muy buena noticia que la investigación comercial al porcino español abierta por China haya estado en la agenda del presidente español y haya podido formar parte de las conversaciones con el presidente Xi Jinping. Confiamos que esta reunión bilateral haya servido para fortalecer las relaciones comerciales con China y plantear soluciones a nuestra problemática».
Así valora para Diario de Burgos la industria, representada por la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), los encuentros diplomáticos vividos esta semana en Pekín. «Gracias a este acercamiento, hemos percibido cierto optimismo escuchando al presidente Pedro Sánchez y a su equipo», afirma Giuseppe Aloisio, director general de Anice.
La expectación, añaden los representantes de CCOOy UGT en el sector provincial, es alta entre los trabajadores, que ven con más tranquilidad un proceso de investigación que aún no ha tenido reflejo en la actividad de las fábricas. «Es más, se está trabajando para otros países alternativos y en productos de más valor añadido», detalla Marco Antonio Pérez, de la Federación Estatal de Industria de CCOO, quien lamenta que el 'tema China' esté afectando a la negociación del convenio nacional del sector.
La industria asegura que la exportación del porcino está descendiendo en los últimos meses, aunque no lo atribuye directamente a los problemas con China. «En estos seis últimos meses se ha producido una bajada, porque, aunque el precio de la materia prima se ha moderado, seguidos siendo caros en relación a otros países, como Estados Unidos y Brasil. Ellos son grandes productores de soja, principal ingrediente para la elaboración de piensos para los cerdos y además Brasil no tiene la presión regulatoria ni los costes de las producciones europeas. A esto hay que añadir que la industria porcina China se ha recuperado tras la crisis de la peste porcina de hace unos años. Somos menos competitivos en China, pero recuperamos posiciones también en otros países», explica Aloisio.
«Es crucial -añade- que España siga manteniendo conversaciones al más alto nivel, para que el sector porcino pueda seguir manteniendo su liderazgo en las exportaciones europeas de porcino a China».
Están en juego exportaciones por un valor de 1.223 millones de euros, cifra que corresponde a las 560.000 toneladas de carne y despojos comestibles de porcino, enviados a China en el año 2023».
Previsiones. El sector «aplaude» la estrategia mantenida por el Gobierno en el contencioso abierto el pasado mes de junio. «La investigación se ha entendido como una medida de respuesta casi inmediata a la decisión de la Comisión Europea de imponer aranceles provisionales a los coches eléctricos chinos. Y seguiremos con mucha atención la votación definitiva del Consejo de la UE sobre este asunto que se producirá en noviembre, sobre todo por el replanteamiento del presidente del Gobierno acerca de la postura de España en esa decisión, que ahora aboga por la no imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos y por una negociación abierta y serena».
La votación en Bruselas será clave para la poderosa industria cárnica local, desde las decenas de granjas productoras repartidas por la provincia, pasando por el principal centro de sacrificio de Campofrío en Villalonquéjar y extendiéndose también a toda la cadena de grandes almacenes frigoríficos industriales, así como a la terminal logística de Villafría, adaptada para la conservación, la manipulación y el transporte de las toneladas de despojos que Burgos envía al año al gigante asiático.
Las partes menos nobles del cerdo -que incluso son desechadas por el consumidor nacional- han constituido un jugoso negocio de más de 400 millones con China en las últimas dos décadas y uno de los capítulos más abultados de la balanza comercial provincial, dimensión acorde con los 1.400 millones de consumidores de estos alimentos.