La aprobación provisional de la modificación de la ordenanza fiscal reguladora de la tasa por ocupación de terrenos de uso público local con terrazas y estructuras auxiliares que impone a los hosteleros a retirarlos en un horario concreto no ha sentado nada bien a la mayoría de los vecinos de Frías. Algunos consideran que «perjudica directamente al usuario diario», y más de la mitad de la población total (267 según los datos del INE), en concreto 149 personas, han presentado firmas contra la nueva medida.
El equipo de gobierno, liderado por el popular Tomás Pérez, movido por garantizar el bienestar general, acordó que a partir de las 0.30 horas los fines de semana y vísperas de días festivos -y de las 23.30 de domingo a jueves en esta época del año-, los locales de hostería están obligados a recoger las mesas y sillas del exterior a diario. Asimismo, y a pesar de que no queda recogido en la normativa municipal, el alcalde, Tomás López, manifestó a este periódico que el horario también contempla «el cierre de los bares» porque «algunos clientes del hotel rural y ciudadanos» han trasladado sus «quejas» al Ayuntamiento por el «ruido» que soportan durante «noches concretas». Los empresarios que incumplan la normativa -en periodo de aprobación definitiva- se enfrentan a «sanciones» que todavía están por determinar.
María Jesús Vallejo, en representación del resto de habitantes insatisfechos por los cambios defiende que el «horario de terraza nocturno se reducirá en exceso ya que hay fines de semana en los que la gente empieza a cenar pasadas las 23». Se ampliará una hora a partir del 1 de junio al 30 de septiembre (hasta las 0.30 horas de domingo a jueves y a la 1.30 los fines de semana y vísperas de festivos), aunque la portavoz lo ve «insuficiente».
La ciudad más pequeña de España recibe al cabo del año a más de 80.000 visitantes con ganas de disfrutar de los atractivos más turísticos pero también de la gastronomía local. Los bares y restaurantes trabajan a destajo para ofrecer un servicio de calidad. Sin embargo, hay ocasiones en las que no aceptan más reservas «por falta de espacio y no porque a partir de las 22 horas no haya demanda».
Sebas, propietario del Mesón Fridas, ha acatado ya las órdenes y recoge todo antes, incluso, de la hora. También «realiza todas las tareas de limpieza necesarias al terminar la jornada, tal y como dicta el reglamento», y recuerda que las lleva a acabo por la mañana y por la noche desde que «abrió el local hace ya siete años, al igual que el resto de compañeros del sector».
La normativa también recoge la prohibición de colocar equipos de reproducción o amplificación sonora en la vía pública que en ocasiones, «sobre todo en verano», puntualizó a este medio el regidor, «ha interrumpido el sueño» a más de una persona». Sebas se da por aludido. Aclara que ha sacado los altavoces al exterior del bar en «tres ocasiones y en dos se personó la Guardia Civil». No le llegaron a denunciar pero sí pedir que quitara la música.
Los hosteleros, al igual que muchos de los vecinos, no comprenden la decisión adoptada y aseguran que se enteraron de las nuevas medidas que les afectan directamente «a través de la prensa». Hasta el momento, solo han alegado la aprobación de la ordenanza pero no descartan tomar otras acciones próximamente.