Un dinosaurio irrumpe en el HUBU

G.G.U. / Burgos
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La Fundación Juegaterapia ha invertido 70.000 euros en un proyecto para animar el hospital de día pediátrico con dibujos en las paredes, iluminación indirecta y hasta sábanas estampadas, lo cual reduce la ansiedad.

Las directivas de Juegaterapia, Mónica Esteban y Valle Sallés, junto al jefe de Pediatría, Gregorio de la Mata, en la entrada del hospital de día, en el que la fundación ha cambiado el decorado. - Foto: Luis López Araico

Mónica Esteban y Valle Sallés dedican los viernes a visitar hospitales. Y así, semana tras semana, constatan que, en general, no están pensados para los niños. «Nos damos cuenta de todas las carencias, de que hay zonas pediátricas que casi dan susto, de tan oscuras y grises», explican, matizando que, incluso el HUBU, «que es privilegiado, tan bonito y con toda esta luz», disponía de pocos alicientes para hacer más llevadera la estancia de un crío. Así que las dos mujeres, presidenta y vicepresidenta de la Fundación Juegaterapia, pensaron que eso podía cambiar y plantearon un proyecto, que este otoño ha transformado el hospital de día pediátrico en la 'Casa de los dinosaurios'. «Y a los niños les encanta», afirman.

Las dos directivas de la fundación, cuyo objetivo es facilitar el juego de los niños hospitalizados a causa de un cáncer, visitaron el viernes pasado el HUBU, que ya conocían porque Juegaterapia promovió en 2018 la apertura del cine de Pediatría, dentro de su proyecto 'En el hospi estoy de cine'. Entonces vieron las instalaciones y se dieron cuenta de que la zona del hospital de día pediátrico -donde los menores pasan menos de 24 horas- reunía las condiciones adecuadas para una intervención, por dimensiones y cometido. Hablaron con uno de los dos estudios especializados con los que colabora Juegaterapia y surgió la idea. «El proyecto es específico para Burgos, por la cercanía del tema, porque es tierra de dinosaurios y a los niños les gusta», apunta Sallés, junto a la entrada de esta parte de la planta de hospitalización, en la que ahora se explica la relación de la provincia con la paleontología y que «algunos de los hallazgos más importantes» de ejemplares de esta especie extinguida se han hecho en la provincia.

Así, tras la presentación de esta peculiar 'Casa de dinosaurios', se pasa a los boxes, cada uno dedicada a un tipo de animal: liopleurodon, triceratops, tyrannosaurus... Y, en la cabecera de cada cama, un peluche de la especie para que los críos puedan jugar. El hilo conductor entre una estancia y otra se encuentra en el suelo, plagado de huellas de distintos colores y tamaños, y en la pared, donde no solo se proponen juegos, sino que se ha 'vestido' con una suerte de colinas verdes y retroiluminadas que aportan calidez. Hasta las sábanas tienen estampados de dinosaurios. «Todo está pensado. Trabajamos con dos estudios que llevan años trabajando con hospitales, en temas de humanización, y tienen psicología», apuntaban el viernes pasado Esteban y Sallés, destacando que «nosotras, en Juegaterapia, llevamos 13 años desarrollando proyectos y sabemos por dónde van los gustos, qué colores hay que poner, qué les quita el miedo y la ansiedad... Todo está estudiado».

En el proyecto del HUBU predominan los verdes, azules y morados. Y, según Sallés, «les hace olvidar que están en un hospital, desconectan, porque les quita un poco el miedo». De hecho, destaca que tienen datos que evidencian cómo este tipo de intervenciones permiten reducir «sedaciones y ansiedad». ¿Por qué? «Porque los niños están entretenidos», destacan.
En los trece años de actividad de Juegaterapia no solo han llevado el cine a seis hospitales en diferentes provincias, sino que han convertido en jardines las azoteas de otros tantos, así como habitaciones de aislamiento en estaciones lunares. El proyecto del HUBU, en el que han invertido «unos 70.000 euros» entra dentro de la línea de proyectos que denominan 'Unidades del color', en lugar de unidades del dolor. «Solo cambiamos una letra, pero el consumo de analgésicos baja», remacha Sallés, sonriente.

El diseño de cada proyecto viene acompañado por la recaudación, posible gracias a la venta de los muñecos 'Baby pelones', a la colaboración de empresas privadas (en este proyecto del HUBU, Kern Pharma) y de distintos colegios. «Hacen acciones a lo largo del año y nos donan el dinero. Saben que está destinado a niños como ellos y se involucran muchísimo», cuenta Sallés, antes de detallar que la 'Casa de los dinosaurios' del HUBU tiene un poco de Las Matillas (Miranda), del Enrique Flórez, de otros tres centros de Madrid y de otros dos de León y Cantabria, así como de una familia particular. Y a todos ellos se les reconoce la colaboración con dibujo propio.

Tanto el jefe de Pediatría, Gregorio de la Mata, como el de Cirugía Pediátrica, José Manuel Gutiérrez, agradecen la iniciativa de Juegaterapia, por lo que la visita a la 'Casa de Dinosaurios' ha abierto nuevas opciones de colaboración: en el colegio del hospital o en la UCI pediátrica. «En todas las zonas en las que se atienda a niños oncológicos en las que podamos colaborar y nos dejen, ahí estaremos», concluyen. La 'Casa de dinosaurios' se completa con varias consolas, una de ellas móvil.