El sumario del caso Koldo va creciendo ante las investigaciones judiciales y diligencias que lleva a cabo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y también con las declaraciones y supuestas pruebas que va añadiendo el empresario y presunto comisionista de la trama Víctor de Aldama que, en su deseo de colaborar con la Justicia para reducir su pena carcelaria, cada vez va implicando a más personalidades del entorno del Gobierno y otros dirigentes, como el exministro de Transportes José Luis Ábalos.
En este contexto, estaba previsto que Ábalos acudiera este próximo jueves, a las 10,00 horas, al Tribunal Supremo para declarar voluntariamente como investigado a fin de que, como él mismo declaró, ir «desmontando mentiras», que achaca tanto a Víctor de Aldama, como al informe de la UCO que le atribuye un papel relevante en la supuesta trama. Sin embargo, ante las acusaciones que han ido apareciendo, solicitó aplazar la cita para poder estudiar en mayor profundidad la causa.
El instructor del caso Koldo en el Alto Tribunal, el magistrado Leopoldo Puente, ofreció al exdirigente socialista la posibilidad de declarar de forma voluntaria como investigado antes de resolver si procede o no elevar el correspondiente suplicatorio al Congreso de los Diputados por la condición de aforado de Ábalos, actual miembro de la Cámara Baja.
El que fuera secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes aceptó el ofrecimiento, si bien apenas una semana antes solicitó a Puente que postergara la cita porque hasta el pasado 5 de diciembre no ha tenido acceso completo a lo investigado en el sumario, debido a problemas informáticos, por lo que ha requerido más tiempo para analizarlo para poder declarar «con todas las garantías».
Fuentes de la defensa aseveran que el exministro tratará de ir «desmontado las mentiras de De Aldama», las que habría vertido tanto en su declaración voluntaria del 21 de noviembre ante el juez de la Audiencia Nacional (AN) que investiga el caso Koldo, Ismael Moreno, como en el escrito que presentó el 4 de diciembre ante el Supremo.
En el citado escrito, De Aldama aseguró que pactó con Ábalos darle un piso ubicado en el Paseo de la Castellana de Madrid valorado en 1,9 millones de euros como «garantía» de los pagos que una serie de constructoras le harían en un futuro a cambio de contratos «preadjudicados» de obra pública.
En su declaración, el empresario manifestó también que había entregado «comisiones» por la venta de mascarillas a Ábalos cuando era titular de Transportes en su despacho en el Ministerio.
«¿Entonces aproximadamente usted cifra en 250.000 euros las cantidades que hubiera podido percibir el señor Ábalos?», le preguntó el fiscal del caso, a lo que el empresario contestó de forma tajante que no se trataba de una aproximación. «No. 250.000 euros que percibió el señor Ábalos. Que percibió», precisó.
Asimismo, Ábalos también tratará de cuestionar la exposición razonada que originó que el Alto Tribunal asumiera la investigación contra él, y objetará el informe del fiscal Luis Pastor que pedía que el Supremo asumiera el caso.
Previsiblemente, el diputado a su vez intentará combatir el informe de la UCO de la Guardia Civil que le asignaba un papel protagónico en la presunta trama.
Organización criminal
Los agentes de la Benemérita señalaron que había indicios de que Ábalos tuvo un «papel relevante y de responsabilidad en su relación directa con Koldo, De Aldama y la organización criminal dinamizada por este último». Y, además, aseguraron que habían «hallado una relación de carácter económico entre
De Aldama y Koldo-Ábalos», por lo que propusieron al titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2 «investigar qué relación tendría el exministro» con dicha organización criminal y los hechos investigados.
El día que trascendió el informe, el exministro socialista aseguró a la prensa en los pasillos del Congreso que no le sorprendía la petición de la UCO y defendió que él no formaba parte de «ninguna trama».