El comercio de Miranda lucha por sobrevivir, frente a la competencia feroz de las grandes franquicias y la fuerza de internet. Esos dos factores dejan sin casi espacio a las tiendas pequeñas, esas en las que la atención pesa casi tanto como el género. Sonia Araico, la presidenta de la asociación Acecaa, reconoce la dificultad de levantar cada día la persiana, aunque cuando lo hacen muchos de los clientes proceden de otros puntos, principalmente Vitoria. En el sector también destacan la afluencia desde pueblos riojanos, de la provincia e incluso de capitales como Logroño o Burgos, pero a orillas delEbro sobre todo se apunta a la urbe vasca, donde «por lo que nos comenta la gente que viene de allí, el comercio tradicional prácticamente ha desaparecido y al final la gente quiere ver cosas diferentes», manifiesta Araico.
Sonia Gutiérrez regenta otra pequeña tienda que sobrevive en el centro. En Mia Complementos y Moda, admite que sobre todo los sábados la mayoría de sus clientes no residen en Miranda. «Hay mucha gente de Vitoria y se nota mucho», afirma desde su comercio, donde precisamente la próxima semana con varias fiestas en la capital alavesa espera que «se note y tengamos un empujón», aunque puntualiza que «no solo vivimos de los visitantes, también necesitamos a los de aquí». Gutiérrez ensalza que «la gente de fuera valora mucho lo que tenemos, porque tienen donde elegir», en un momento en el que las tiendas de textil se agrupan cada vez más en el centro, lo que facilita que los visitantes compren de manera cómoda.
Muy cerca, en la calle Arenal, Paqui Ortigosa de Arlett, ensalza el trato que se da en negocios como el suyo, algo que «no tiene nada que ver con lo que se ofrece en una franquicia», afirma, para resaltar lo que buscan los consumidores que entran en los pequeños negocios. Independientemente del motivo, ensalza que «claro que la gente que viene de fuera ayuda», en un sector para el que de alguna manera lanza un mensaje optimista, ya que ironiza con que los autónomos «siempre tenemos algo contra lo que pelear».
Su calle estrenó ayer la normalidad después de meses de reforma. La estética ha cambiado y hay negocios desde los que afirman que mejorar la imagen comercial al final repercutirá en la captación de más clientes foráneos, aunque Ortigosa opina que «la calle estará más bonita y está mejor, claro que sí, pero que vaya a venir más gente de fuera por eso, pues creo que no».
En cualquier caso, en los últimos años, tramos céntricos de la calle Arenal o Ramón y Cajal han experimentado una transformación y han perdido aparcamientos. En Versus, donde trabajan principalmente con cita previa, indican que «el cambio de estética lo notamos para bien» y afirman que en su caso avisan a los clientes sobre dónde aparcar. En otros negocios, en los que no hay ese contacto previo, critican las dificultades que tienen y la presidenta de Acecaa recuerda que hacen falta más plazas y también indicar dónde están los aparcamientos que existen.