Bozoó, la noble villaal pie de Obarenes

G.A.T. / Miranda
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El historiador Jacinto Campillo Cueva indaga en el pasado de este pequeño pueblo descubriendo algunos personajes ilustres y momentos de esplendor y penurias

 
A rrojar luz sobre Bozoó y al tiempo agrupar en un solo documento un trabajo completo y amplio sobre su pueblo. Es uno de los objetivos del libro La noble villa de Bozoó, escrito por el historiador y arqueólogo Jacinto Campillo Cueva, que en 262 páginas logra con texto y documentación gráfica (200 ilustraciones a color) hacer un repaso de la historia de este pueblo enclavado a los pies de los Montes Obarenes.
La idea de hacer el libro surgió hace unos cinco años, cuando el alcalde de Bozoó,Javier Abad, que fue su compañero en el IES Diego Marín Aguilera de Burgos, le propuso hacer un trabajo, ya que Campillo había estado en Miranda de profesor en el IES Fray Pedro de Urbina durante seis años, tiempo en el que empezó a reunir multitud de información y datos de muchos pueblos del entorno. Al contarle a Abad lo recopilado sobre Bozoó surgió la idea de la publicación, que tras un intenso trabajo ya es una realidad. 
Todo llega después de una búsqueda y recopilación de documentación, desde la bibliografía ya existente hasta un amplio catálogo de archivos como el Histórico Provincial y el de la Real Chancillería de Valladolid, entre muchos otros. «Hay datos de protocolos notariales, libros de fábrica, de bautizos, de difuntos, de matrimonios, de cofradías, sobre pleitos de hidalguía... además de numerosos datos históricos y sobre el patrimonio de todo tipo, como las necrópolis, los molinos o el alcornocal que se conserva», dice a modo de ejemplo Campillo.
El trabajo incorpora material novedoso, ya que reúne también amplia información sobre la relación de Bozoó con otros pueblos de su entorno, con los que en algunos casos mantuvo pleitos (Pancorbo, Santa Gadea del Cid, el Monasterio de Obarenes), y al tiempo con los que mantuvo relación por los servicios que prestaban al ser entidades de mayor tamaño. «Por ejemplo los curanderos eran de Poza», detalla.
Parte de la documentación histórica se ha perdido. «Durante la retirada de los franceses hubo varios saqueos, el más importante en 1813. Se llevaron muebles, grano y ropa en su retirada, y destruyeron la iglesia, tirando a hachazos la puerta, destruyeron imágenes, llevándose todo lo que pudieron y rompiendo el archivo de la iglesia y del concejo... al menos a la población no la maltrataron, ya que en la documentación solo se recoge que mataron a una huérfana», explica.
 
vecinos ilustres.Del trabajo destacan dos vecinos de Bozoó sobre cuya historia Campillo ofrece detalles. Uno es José Antonio de Sandoval, comerciante en Sevilla, Málaga y Cádiz. «Mandó bastantes cosas al pueblo, como un copón de plata, un altar, libros, candelabros de plata, pinturas, mil reales para fundar una cofradía... Según las fuentes, tenía amencia, es decir pérdida de memoria, y sus hermanos lo trajeron al pueblo y dice la documentación que el aire de Bozoó le vino bien y recuperó algo de lucidez», narra el autor.
Otro personaje destacado fue Juan López de Calzada, que emigró a México y estuvo trabajando en la mina de plata de Guanajuato. «Al parecer tuvo éxito, porque envía una custodia, unas hebillas de oro, 300 pesos fuertes de la época... y dice que lo hace en cumplimento de un voto ya que el Señor le había salvado en un situación difícil», explica.
En la publicación hay muchas otras referencias curiosas e históricas, y se recuerda cómo en el pueblo hubo una torre de los Condes de Baños, de los que el pueblo fue su señorío. Aunque mucho se ha perdido, Campillo está satisfecho con el trabajo ya que gracias a la búsqueda exhaustiva ha logrado componer un libro que eleva en mucho los conocimientos sobre esta pequeña población.