Persecución policial para salvar a Óscar

I. Elices / Burgos
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Europol encuentra a una mujer francesa que abandonó a su perro en Castañares • La obligó a volver a Burgos a recogerlo, pero la residencia Ramos se lo acabó quedando

La que fuera dueña del perro recoge a Óscar en presencia de Ramos, que acabó quedándoselo. - Foto: DB

Peaje de Castañares, 18,30 horas del pasado 24 de septiembre. Un coche con matrícula francesa se detiene para cumplir con Europistas. Al mismo tiempo que el conductor entrega el dinero a la trabajadora sentada en su cabina alguien abre una puerta del turismo y deja salir a Óscar, un pintcher de un año y medio que a punto estuvo de ser atropellado por varios vehículos. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) se presentó allí y telefoneó a la residencia Ramos, que ostenta el servicio de recogida de animales de la Diputación, para que se hiciera cargo del animal.  

El abandono del perro, como tantos otros, podía haber quedado impune, pero la testarudez del dueño de la residencia canina y  la completa investigación de Europol lograron dar con los dueños. Luis Miguel Ramos, propietario del negocio de Castañares, comprobó que el can tenía un microchip, gracias a lo cual pudo saber que estaba censado en Francia. Con esta información era como buscar una aguja en un pajar. Así que contactó con una protectora de animales del país galo con la que mantiene una estrecha relación. La asociación descubrió el nombre de la propietaria y su dirección, no así su teléfono. Tenían domicilio en Morangis, cerca de París, así que el siguiente paso era informar a la Policía Local de esa localidad.    Los agentes acudieron a la casa, pero estaba cerrada a cal y canto, pues los dueños acababan de mudarse.

En ese momento es cuando entra en escena Europol, que a través de la Gendarmería descubre que los dueños del can tienen residencia también en Portugal. La Guarda Nacional Republicana de ese país se pone manos a la obra para dar con los dueños de Óscar y les localiza. En todo momento niegan haberlo abandonado, afirman que se lo han robado, pero no hay denuncia de por medio. Tras ello, Europol les obliga a volver a Burgos para hacerse cargo de su mascota si no quieren ser acusados de un delito de maltrato animal. Lógicamente acceden y el viernes pasado telefonean a la residencia canina para quedar.

Fijaron el encuentro el pasado en el peaje de Castañares. Luis Miguel Ramos no las tenía todas consigo. Si lo habían abandonado -por mucho que lo negaran- «podían volverlo a hacer». Así que cuando la que fuera su dueña le dijo que no quería quedárselo, respiró, pues mucho se temía que Óscar terminara de nuevo en la carretera. Firmó como si se hubiera producido la entrega, pero el perro se quedó en Burgos.