La Sociedad de Geriatría y Gerontología de Castilla y León ha presentado a la Gerencia Regional de Salud (Sacyl) y a la Consejería de Sanidad un plan para incrementar el número de geriatras en la Comunidad y especialmente en los hospitales grandes como el HUBU, que según plantilla orgánica tiene un único facultativo con esta especialidad cuando la sociedad considera que, «como mínimo, deberían ser cinco». Así lo explica el presidente, Javier Pérez-Jara, quien afirma estar «contento» porque la dirección de Sacyl ha sido «muy receptiva», pero no oculta que el incremento de plantilla llevará tiempo «y para los mayores, sobre todo los frágiles, es imprescindible ir al geriatra».
Los datos oficiales de la Consejería de Sanidad revelan que de los 593 especialistas que trabajan en el hospital de la capital, solo hay plaza para un experto en la salud de las personas mayores. Es decir, que la gerencia del HUBU no podría contratar a un geriatra para que se dedique en exclusiva a su especialidad, porque la plantilla orgánica no lo permite. Otra cosa es que, como sucede, haya geriatras trabajando en servicios que no son específicos para personas de edad avanzada. En Urgencias, por ejemplo, trabaja una geriatra, además de la contratada específicamente para ejercer como tal.
Pero, en cualquier caso, la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Castilla y León plantea a la Consejería que incremente las plantillas orgánicas, para que se pueda contratar a un número de facultativos proporcional a las necesidades reales de un territorio cada vez más envejecido. «La cifra que tenemos en la Comunidad equivale a 0,5 geriatras por cada 10.000 mayores de 75 años, mientras que en otras regiones comoExtremadura o Castilla-La Mancha tienen 3,5 por cada 10.000 personas de más de 75 años. La diferencia es importante», apunta Pérez-Jara, consultado por este periódico al respecto.
El porqué de la importancia de contar con más geriatras es doble, como recalca Pérez-Jara. «Hay muchas razones, pero la primera pasa porque va a dar calidad de vida a nuestras personas mayores en un futuro, que, desde luego, pasa porque puedan ir al geriatra. Y también hay razones económicas: está demostrado que los pacientes que van al geriatra consumen menos medicación, tienen menos ingresos... Es muy importante para la población mayor que puedan ser derivados al geriatra». Algo que no sucede, a pesar de que la recomendación es que en hospitales «de más de 400 camas haya, al menos cinco geriatras». El HUBU tiene, según datos oficiales, 865 camas instaladas y un único geriatra en su plantilla orgánica.
Esta situación no es específica del HUBU. En la provincia, los hospitales de Aranda y Miranda cuentan con la misma dotación y, del grupo de los complejos grandes, los dos de Valladolid tienen solo un geriatra (al menos sobre el papel). El complejo de León tiene tres y el de Salamanca, dos. Y entre los hospitales pequeños hay gran diversidad: Segovia tiene siete, Ávila tres y el resto, uno. «Para la población mayor es muy mala noticia que no se les pueda derivar», apunta Pérez-Jara, matizando, eso sí, que «hemos estado en conversaciones con la Consejería y vemos que está receptiva a que todos los hospitales dispongan de geriatra de enlace con las residencias y a que haya camas de media estancia para los mayores».
Ahora bien, aunque «tenemos un plan para ir aumentando progresivamente», el presidente de los geriatras de Castilla y León admitió que no se puede hablar de plazos concretos. «Llevará tiempo; entre otras cosas, porque tampoco hay geriatras», dijo. Y, de hecho en la última convocatoria de plazas MIR, que se cerró el pasado viernes, quedaron plazas de Geriatría casi hasta el final. Y a esto se añade que se convocan pocas plazas.