Gumiel de Mercado se quiebra

I.M.L. / Gumiel de Mercado
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Un estudio hidrogeológico destapa el importante grado de humedad del subsuelo de todo el municipio, que amenaza con hundimientos a modo de castillo de naipes

El alcalde, Pedro Gómez, observa el último socavón que ha provocado el hundimiento de una cercera en mitad de una de las calles que dan acceso al Castillo. - Foto: I.M.L.

Los vecinos de la localidad ribereña de Gumiel de Mercado presumían de lo bien que había quedado su Castillo de bodegas subterráneas, después de las intervenciones para adecentarlo. Un orgullo que, en los últimos meses, se ha visto empañado por una cascada de hundimientos que empiezan a preocupar no sólo a las calles de la base de este cerro, sino a todo el municipio. 

Primero fue el derrumbe de la entrada de la bodega de Los Escolares, una de las emblemáticas por su pórtico de entrada, que amenaza con echar abajo otra bodega que está en un nivel inferior del Castillo. Luego llegó la caída de una cercera al pie de la carretera que atraviesa el municipio, que se ha reconstruido, y ahora ven con tristeza el socavón que ha dejado en plena calle el hundimiento de una de las cerceras más significativas, por su altura y su forma piramidal. 

«Hemos tramitado con urgencia el arreglo, pero primero hay que ver el alcance del hundimiento, porque en cerceras de bodegas cuyas galerías no son visitables hace tiempo no sabe realmente el alcance de los daños en la bóveda y qué hundimiento puedes tener», explica el alcalde gomellano, Pedro Gómez. Mientras esperan a que se consolide el terreno en la zona afectada de la calle Alta, Gómez estima la actuación más adecuada para evitar que vaya a más. «Es una cercera que afecta a una calle, habrá que rellenarla, apisonar el terreno con una losa armada para, a continuación, poder reconstruir la cercera porque nos parece que hay que mantenerla por razones de patrimonio», plantea.

Casas, lagares y bodegas se hunden en Gumiel de Mercado.Casas, lagares y bodegas se hunden en Gumiel de Mercado. - Foto: I.M.L.

Aunque la caída de parte de una bodega o de una cercera entera sea lo más espectacular, el problema de la estabilidad del terreno sobre el que se asienta Gumiel de Mercado es mucho más profundo. En lo que llevamos de siglo, ya se habían detectado varios hundimientos de galerías subterráneas, pero las grietas están proliferando por toda la localidad y empiezan a afectar a algunas viviendas. 

Un estudio hidrogeológico encargado recientemente por el Ayuntamiento ha sacado a la luz que la humedad del terreno está haciendo mella en las edificaciones, ya sean subterráneas o a nivel de calle. «Cuando entramos al año pasado en las bodegas, vimos que había mucha agua en muchas de ellas, y lo que estamos observando ahora, y hemos tenido consecuencias, es que ha habido hundimientos de viviendas y tapiales de cercas de adobe», constata el alcalde gomellano, que lo achaca al incremento de precipitaciones de los últimos meses, «lo hace que este pueblo tenga mucha agua y haya debilitado mucho los elementos que no eran resistentes».

En un recorrido somero por la localidad ribereña, en sus calles se aprecian varias construcciones con importantes grietas. Ejemplo de ello es una casa en plena calle Real que se ha tenido que declarar en ruina porque «el sótano de la casa está por debajo del nivel de la calle y el agua corre», afectando a unos cimientos que no están aislados y que no soportan el peso de la edificación, en cuya fachada se aprecia a simple vista que está empezando a colapsar, con grandes grietas y el balcón completamente inclinado.

A ello se suma la aparición de socavones en otros puntos de la localidad, donde no se habían registrado galerías subterráneas. «Hemos descubierto hundimientos que corresponden a bodegas que no están registradas en el plano del inventario que se realizó entre 2018 y 2019, con lo cual ocurre que hubo personas que en su momento no declararon las bodegas que tenían», lamenta Gómez. Este es un síntoma más de que el abandono de estas galerías subterráneas es el peor enemigo para su conservación, y contra el que el Ayuntamiento pretende luchar para evitar que los hundimientos se sigan encadenando.

«El abandono que hay aquí no es de ahora, es de hace muchos años y sobre todo ligado a que son bodegas de muchos propietarios; en algunos casos no se ha entrado en ellas en 30 años y ahora encontramos dificultades hasta para identificar a los propietarios», enumera el alcalde los dos principales problemas para poder contribuir a la conservación de este patrimonio.

Como forma de atajarlo, en su ordenanza municipal se especifica incluso cuáles son los síntomas que denotan abandono: «el que no tuvieran puerta o que estuviera hundido el cuarto contador, o lleno de basura», resume Gómez. De detectarse esta situación, el Ayuntamiento puede iniciar los trámites para incluir la bodega en una bolsa para asignársela a alguien que esté interesado en conservarla. «Tenemos ya varias personas apuntadas a esa bolsa, pero el problema con la multitud de propietarios de muchas bodegas está ralentizando el que haya alguna disponible», apunta Gómez, que está en plena campaña, por un lado, para concienciar a los vecinos de la necesidad de conservar ese patrimonio y, por otro lado, llamar a todas las puertas de las Administraciones para recabar subvenciones para este fin.

Arreglos de fugas y hormigón para evitar socavones
La problemática que sufre Gumiel de Mercado con sus bodegas no es única. La densidad de galerías subterráneas en otras localidades y el abandono de algunas está motivando actuaciones urgentes de sus ayuntamientos.

En Hontangas, el socavón que provocó en una calle el derrumbe de parte de una galería, que ponía en peligro una casa y un merendero, se ha solventado colmatando de hormigón el hueco subterráneo y con cascotes hasta el nivel de la calle para evitar nuevos hundimientos.

En Fuentespina, además de la labor de la Asociación de Amigos de la Bodegas en la conservación del entorno, su Ayuntamiento está en vía de arreglar las fugas que sufre uno de sus depósitos de agua para evitar que las humedades sigan dañando algunas bodegas, porque se ha detectado que hay dos que están más afectadas, sin que de momento corran peligro de venirse abajo.