«Es un sacrificio demasiado alto colocar y retirar a diario las terrazas de los bares», declaran con cierto enfado los empresarios Arturo y José Ignacio. Ambos, entre otros compañeros del sector, solicitaron hace unas semanas en el Ayuntamiento instalar un número de mesas y sillas que les «obligan a recoger durante las noches en el interior» de los locales. A su vez, denuncian que «a la mayoría» de hosteleros les han «reducido la cifra solicitada con respecto a los anteriores veranos» y a otros no les permiten colocar el mobiliario antes de las 13 horas.
La ordenanza reguladora del uso privativo por el sector de la hostelería de vías públicas para la colocación de barriles, mesas altas, bancos y otros elementos auxiliares, aprobada en 2018, recoge que en las calles en las que el tráfico de vehículos está limitado en el tiempo, los elementos auxiliares no podrán situarse mientras la circulación permanezca abierta. Por ello, en las peatonales no se pueden sacar las terrazas hasta las 13 horas.
Esta y otras medidas permanecieron vigentes hasta la llegada de la pandemia, pero la anterior corporación municipal decidió minimizarlas con el fin de apoyar al sector. Desde entonces había ciertas normas que se «pasaron por alto» pero el actual alcalde, José Solas, y su equipo han considerado que el momento de hacer cumplir de nuevo la ordenanza ha llegado. «Independientemente de que tengamos previsto redactar una nueva, que conlleva un tiempo, los requisitos hay que cumplirlos», explica el regidor. Consciente de que algunos empresarios han transmitido su indignación a través de las redes sociales -y a él mismo-, afirma que la futura ley favorecerá a los hosteleros. La documentación recogerá la realidad y situación de hoy, no la de hace una década», añade.
En el caso de Arturo, del bar Octopus, muy crítico sobre todo con la obligación de tener que recoger al cierre la terraza, manifiesta que solo ha obtenido autorización para instalar «20 de las 30 mesas» que solicitó; no puede ponerlas en los soportales de la Plaza Mayor y ha optado por dejar «solo 14 porque el trabajo en mover todo dos veces al día es costoso». Él y otros hosteleros instalaban los veladores según abrían las puertas del bar, en su caso a las 8 de la madrugada, y las amontonaban junto a las puertas al cierre. Ahora deberán cumplir los horarios que indican la normativa, de lunes a jueves de 13 hasta a las 00.30 horas (en áreas peatonales), hasta la 1.30 los viernes y sábados, y de 9 a 00.30 los domingos.
A pesar de que Solas asegura que los empleados del servicio de limpieza han recogido algunas veces las mesas por la mañana (antes de que abrieran los bares) para realizar su trabajo, confirma que a lo largo de los próximos días «sacaremos alguna resolución para que los empresarios puedan ampliar el número de mesas y sillas» con el fin de «incentivar la campaña estival».
Propuestas. El concejal Óscar Riaño se reunió con los hosteleros y les abrió un amplio abanico de posibilidades relacionadas con el sector para desarrollar en la ciudad durante todo el año, además de escuchar otras propuestas.