Fue la mejor imagen de los últimos días. Hartos ya de ver la peor cara de los dirigentes políticos, la "foto" de los senadores Gerardo Camps y Antonio Sagredo abrazados los dos en el hemiciclo, representaba lo que desean la mayor parte de los españoles: que haya paz entre los partidos políticos, que el Psoe y PP pongan su empeño en dejar atrás las diferencias que les separan. Y así, sumando esfuerzos, se ocupen de la que debería ser fundamental para unos y otros: tratar de solucionar los problemas más acuciantes de los españoles.
En el pleno del Senado del martes, con un debate sobre la catástrofe de la Dana y la responsabilidad de las diferentes autoridades nacionales y autonómicas, se levantó Juan Antonio Sagredo, alcalde socialista de Paiporta y, con voz emocionada, describió la situación de su ciudad, de su pueblo. En un tono dolido, expresó su deseo de que todos "se sumen al grito de Valencia y les demos lo que nos piden; algo tan sencillo como cambiar la confrontación por la unión". Finalizó diciendo que a pesar de todo Valencia nunca dejaría de ser la tierra de las flores y de la luz; mostrando la bandera que llevaba, manchada de barro, dijo que se volvía a su tierra para "reconstruir la millor terreta del mon".
El resto de los senadores se pusieron en pie para aplaudirle. Desde su escaño se levantó Gerardo Camps, de larga trayectoria e importantes cargos en el PP valenciano, y se acercó a Sagredo fundiéndose los dos en un abrazo que conmovió a la Cámara.
En ese momento desaparecieron las ideologías, las siglas y la confrontación que se prolonga desde hace años y que ha llegado a cotas insoportables con el sanchismo; cuando unos y otros, sin excepción, han exacerbado los ánimos y cercenado el diálogo con las descalificaciones políticas y personales y el intercambio de acusaciones por ver quién había cometido más faltas.
Por unos minutos en Senado se convirtió en un lugar en el que parecía posible que se pudieran compartir sentimientos ante una desgracia que ha golpeado a Valencia, la tierra de Sagredo y Camps, pero también al resto de España.
Durante los últimos días se ha visto en primer plano, con toda su crudeza, la devastación de calles y edificios, la desolación de miles de vecinos, la búsqueda desesperada de los desaparecidos, el desconsuelo ante los familiares y amigos muertos. Mientras los políticos peleaban e incrementaban así la preocupación ciudadana, llegaban a Valencia gentes de toda España dispuestos a colaborar en lo que hiciera falta, limpiar, alimentar, acompañar y consolar a quienes habían perdido todo.
Hacía falta una foto como la del abrazo de dos senadores de partidos rivales. Una foto que diera esperanza a los que piensan a Psoe y PP están condenados a entenderse… y quizá un día sea posible. Probablemente no con los dirigentes actuales, porque se han traspasado las línea del no retorno. Pero en algún momento se impondrá que lo que une importa más que lo que separa.