No solo la falta de lluvias del pasado otoño-invierno tiene la culpa del retraso que acumula la puesta en marcha del embalse de Castrovido. Ahora se ha detectado un problema técnico que obligará a paralizar el proceso al menos hasta que termine el año hidrológico, el 30 de septiembre. La Confederación Hidrográfica del Duero confirma que durante la primera fase de puesta en carga ha aparecido un sumidero por el que se escapa el agua, en unos terrenos que aún no han sido anegados.
De este modo, y aunque la obra se dio por finalizada en diciembre de 2020, todo apunta que no será al menos hasta 2024, siempre que las lluvias acompañen, cuando esté plenamente operativa. No obstante, desde la CHD recuerdan siempre que el embalse «ya ha contribuido a mitigar daños de algunas crecidas, protegiendo así a las poblaciones ubicadas aguas abajo de la cuenca del Arlanza», el motivo principal por el que se inició su construcción en 2004.
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