El Santiago Apóstol busca soluciones a un problema. La lista de espera en Digestivo crece. El tiempo que aguardan los pacientes para una primera consulta se ha duplicado y ha pasado en marzo de 2023 de 44 días a 98 tras el primer trimestre de este año. Además, hay enfermos con los que ha hablado Diario de Burgos que soportan una demora de diez meses para una colonoscopia. Para solventar la situación, el hospital comarcal solicitó a Valladolid la autorización para externalizar consultas y pruebas diagnósticas, aunque desde la Consejería de Sanidad se apunta a que el visto bueno final se oficializará cuando el nuevo gerente asuma el puesto, ya que el actual Arsenio Besga deja el cargo el próximo 31 de mayo.
Mientras llega el relevo toca pedir más paciencia. Sobre el recambio hay secretismo y no se sabe cuándo se concretará. En una reciente entrevista a este medio, el todavía responsable no se mojó, pero admitía que cuanto antes se hiciera mejor para mantener la estructura. «Ahora mismo Digestivo es el principal problema del centro», afirmó, en un servicio que cuenta con dos profesionales, aunque una está de baja desde enero. Por la falta de especialistas, no se encontró a una sustituta y las cifras empeoran.
Los últimos datos oficiales de la Consejería corresponden al primer trimestre del año. Marzo de 2024 se cerró con un tiempo medio de espera que rozaba los cien días, con una lista de 211 personas pendientes de una primera visita al especialista. En el mismo mes, pero un año antes, había 180 pacientes en la misma situación.
Los problemas en Digestivo no solo se traducen en esta estadística, ya que hay otros enfermos que aguardan turno para una prueba diagnóstica, aunque en este caso no hay cifras públicas. El Santiago Apóstol mientras solo dispone de una profesional recibe la ayuda de un digestólogo del Río Hortega de Valladolid, que se traslada dos veces por semana hasta el Miranda para realizar exámenes endoscópicos y aliviar la carga que arrastra el centro comarcal. El propio gerente admitía que este refuerzo se agradece, pero resulta insuficiente y eso se nota en las quejas que llegan hasta la dirección del centro.
Una de ellas puede ser la de un mirandés, que prefiere no dar su nombre, que el pasado julio realizó el cribado para la prevención del cáncer colorrectal. «A la semana me llamó el médico de cabecera y ya me dijeron que había salido positivo», detalla este varón, que indica que «me comentaron que para confirmarlo había que hacer una colonoscopia». Pese al tratarse de un tema oncológico, no recibía la citación y «a los diez o quince le llamé, porque nadie me avisaba y solo me dijo que se andaban mal de personal y había que esperar».
Su facultativo comprobó que la prueba estaba solicitada de manera correcta y desde entonces no sabe nada. Ese último contacto sucedió en agosto y «dado que es un tema delicado me tuve que ir a la sanidad privada», lamenta. En estos diez meses, se le ha realizado una colonoscopia «y aunque la biopsia salió negativa, a los cuatro o cinco meses me volvieron a hacer otra», afirma este paciente, que critica que se potencien los cribados sin que se pueda hacer frente a casos como el suyo.
Solución. En la Atención Primaria tratan de arrimar el hombro conscientes de las carencias que existes en Digestivo. Los dos centros de salud y el propio hospital trataron de coordinar hace un par de meses un sistema para aliviar en la medida de lo posible la carga de trabajo de la única digestóloga. Ni este apoyo ni el que llega de Valladolid solucionaron el problema, por lo que Besga solicitó la externalización para ayudar tanto en las consultas como en las pruebas diagnósticas, aunque en todo momento se traslada como algo temporal para sobrepasar el bache.