La recaudación en la capital ribereña por infracciones de tráfico registra un repunte. Desde enero hasta mediados de octubre, las arcas municipales han percibido 238.835 euros por este concepto. Dicho de otra manera, los conductores han desembolsado una media de 826 euros al día en lo que va de año, que supone un 20% más que lo recaudado por este motivo el año pasado hasta noviembre, que fue de 189.300 euros.
El motivo de este incremento en la recaudación de las sanciones de tráfico puede apoyarse en diversos motivos. Según la Policía Local, uno sería el incremento de los controles que se están llevando a cabo. «Además de los que solemos hacer todos los días, sobre todo el fin de semana para detectar alcoholemias, también están los de las campañas específicas de uso del cinturón o similares», apuntan.
La presencia del multacar en las calles arandinas también ha generado un aumento de las sanciones, «sobre todo las de aparcamiento en doble fila, que es muy común en muchos puntos de la ciudad», y el uso de las cámaras de vigilancia también han contribuido a este incremento. «Aunque hace una semana que se está empezando a multar de forma general, si se veía algo que contravenía las normas de acceso a la zona peatonal y era muy evidente, también se han puesto sanciones», explican fuentes policiales que, avisan «el año que viene y estos tres meses que quedan de este se va a notar mucho el incremento de estas multas, porque casi se generan de forma automática».
De mantenerse este ritmo, el Consistorio de la capital ribereña recibiría algo más de 300.000 euros durante todo 2024. Estos ingresos, a la espera de que acabe el año y haya cifras definitivas en Gestión Tributaria, no alcanzarían la previsión fijada en el Presupuesto, con una cuantía de 380.000 euros.
Baile de datos. Esta disparidad en las cifras entre lo que se espera recaudar este ejercicio y lo que al final entra en las arcas municipales por el cobro de multas tiene, según fuentes municipales, dos motivos más que probables. Por un lado, que la labor policial de control de los delitos contra la seguridad vial o las normas de aparcamiento es variable de año en año y, por otro, el aumento del volumen de los requerimientos que se abonan dentro del plazo de pronto pago, que suponen una reducción a la mitad de la cuantía fijada en cada multa. «Antes, mucha gente pensaba que las multas no se cobraban, desde hace años ya se ha visto que se pasan de forma automática y se adelantan a aprovechar la rebaja por el pronto pago», remarcan desde el Ayuntamiento arandino, destacando la efectividad del sistema de cobro.
En lo que a las cuentas municipales de los últimos años se refiere, tan sólo se ha superado la cifra prevista en el Presupuesto municipal por ingresos por multas en un ejercicio. Se trata de 2016, cuando se estableció una previsión de 141.000 euros y se terminaron ingresando 231.102 euros, lo que supone un 64% más.
En los años sucesivos, se ha ido encadenando los desfases. Es el caso de 2017. En aquel momento, desde la Concejalía de Hacienda estimaron que las multas de tráfico se traducirían en 380.000 euros para las arcas municipales y el objetivo no se cumplió, quedándose en sólo 182.908 euros. Para justificar este descuadre, desde fuentes municipales apuntan a la falta de personal en la plantilla de la Policía Local, junto a un mayor respeto por parte de los ciudadanos de las normas de circulación.
En 2018 se optó por elevar la previsión de ingresos por multas de tráfico a 425.000 euros, y las cifras definitivas se quedaron mucho más lejos, un 57% menos, con una recaudación de casi 183.000 euros. Los tres años siguientes, se plantearon unos ingresos posibles de 400.000 euros, y en ambos ejercicios fueron muy superiores a la realidad de la recaudación, que fueron de 278.000 euros en los dos primeros, y algo menos en 2020, quedando en 242.800 euros.