Ana Rodríguez | Alcaldesa de Olmillos de Sasamón y trabajadora del colegio de Sasamón
"En el pueblo la gente siempre te echa una mano cuando pides ayuda"
Pasó su infancia en Olmillos de Sasamón y a los 15 años tuvo que marcharse a la capital burgalesa en busca de más oportunidades, pero Ana Rodríguez nunca se alejó demasiado de sus orígenes. Los fines de semana y durante el verano regresaba a la casa familiar. Sin embargo, tras la pandemia decidió dar un giro completo a su vida y, con sus dos hijos ya mayores, se instaló definitivamente en el pueblo que la vio crecer. Hace un año se presentó a las elecciones y consiguió la mayoría absoluta frente a otras dos candidaturas, convirtiéndose así en la primera mujer en llevar la batuta. Reconoce que ha sentido el apoyo de todo el vecindario desde el primer momento y que "siempre hay alguien que te echa una mano", por lo que se muestra entusiasmada para que entre todos logren recuperar tradiciones e impulsar actividades durante todo el año.
El anterior alcalde llevaba varios mandatos y Rodríguez llegaba con ganas de aportar nuevas ideas. "Esto tampoco es política, esto es un pueblo...", asegura. Entre sus grandes objetivos está el solucionar los problemas con el agua, ya que durante los meses de verano se dispara la población y no les llega para todos. Le ha sorprendido lo lento que se trabaja por culpa de la burocracia, pero asegura que ya tienen avanzado un proyecto y confía en que la solución llegue cuanto antes. Además, quiere arreglar el edificio del ayuntamiento -debido a que se encuentra en muy mal estado- y adecentar varias calles. Cuentan con unos ingresos limitados y aún tienen que acabar de pagar el polideportivo, una instalación de gran dimensión que la regidora reconoce que tiene un gran uso y que merece la pena el esfuerzo económico.
Óscar Pascual, alcalde de Berlangas de Roa y empleado en Pascual. - Foto: DBEs un orgullo ser la primera mujer que está al frente de Olmillos. Eso queda para la historia"
Por otro lado, afirma que en la zona actualmente hay una gran cantidad de puestos de trabajo. De hecho, ella cuando se instaló en el pueblo acudía a trabajar todos los días a Burgos y desde el pasado mes de septiembre comenzó en el comedor del colegio de Sasamón, municipio en el que se enmarca la pedanía de Olmillos y que se ubica a solo 2,5 kilómetros. Pese a que tienen solo 113 empadronados, poseen hotel, restaurante, bar y gasolinera, lo que supone que siempre haya movimiento y eso genera también mucho empleo, así que Rodríguez sueña con poder contar en el futuro con alguna vivienda de alquiler para que se puedan instalar algunos de esos empleados.
"Estamos tratando de recuperar tradiciones, como es el trabajar a concejo, que es trabajar el pueblo para el ayuntamiento, y ahora estamos rehabilitando el lavadero entre todos; informamos a través de los grupos de Whats App y acude la gente que quiere, pero tocamos hasta las campanas como se hacía antiguamente", expone la regidora. Cree que esta se alza como la única solución para que pequeños municipios puedan recuperar el patrimonio. Destaca la gran colaboración del vecindario y, en ese sentido, resulta esencial la labor de las asociaciones Santa Columba, Los Turmogos, Los Raposos y 4x4. "Hay gente que viene todos los fines de semana y por eso queremos que haya actividades", desarrolla.
Mirian Esteban Gañán, alcaldesa de Baños de Valdearados y madre de tres niños. - Foto: I.M.L.Tampoco le han sorprendido demasiadas cuestiones desde que está al frente de Olmillos, ya que asegura que conoce perfectamente el pueblo. "Lo que me llama mucho la atención es la gente que viene 15 días al pueblo y se piensa que esto es como sus ciudades, que tenemos los mismos recursos económicos, y te paran por la calle... He aprendido a contestar que si cuando ven al alcalde de Madrid o Bilbao por la calle también le acosan", comenta.
Óscar Pascual | Alcalde de Berlangas de Roa y empleado en Pascual
"Vengo de una familia volcada con el Ayuntamiento, lo he visto de cerca"
Óscar Pascual está a punto de cumplir 35 años. Este último no lo olvidará. Ha sido el que, entre otras cosas, asumió la alcaldía de Berlangas de Roa, el pueblo de su madre. El mismo en el que ha gobernado su tío Silvio las últimas cuatro legislaturas y donde también su abuelo fue concejal. Cuenta que falleció hace poco, pero que le transmitió el orgullo que sentía por el paso que había dado. Igual que su abuela, a la que visita todos los días. "Está muy contenta (por tener a su nieto de alcalde). Eso sí, es la primera que me dice si he visto que hay zonas llenas de hierba o que una acera está estropeada", relata entre risas. Sea como fuere, a Óscar la política municipal no le ha pillado de nuevas, más bien lo ha mamado desde pequeño. Y ahora, casi de forma natural, ha continuado la saga de los Pascual con la vara de mando. "Vengo de una familia volcada con el Ayuntamiento y el pueblo. Al final lo que intentas hacer es por el bien común. Lo llevo viendo de cerca de toda la vida", tanto los momentos en los que su tío llegaba a casa más contento como aquellos otros días marcados por algún que otro disgusto. Porque haber, hay de todo. Y Óscar, que estudió Magisterio de Educación Infantil en Burgos, sabía lo que le esperaba. Reconoce que cuando era niño no soñaba ni mucho menos con ser alcalde, pero sí que siempre le ha gustado estar activo y participar en la vida del pueblo, así que cree que su debut en la alcaldía encaja más con esta visión.
Ana Rodríguez, alcaldesa de Olmillos de Sasamón y trabajadora del colegio de Sasamón. - Foto: Luis López AraicoMi abuela está muy contenta. Eso sí, es la primera que me dice si hay una acera estropeada"
Él se ha tomado esta nueva etapa como un reto, "como un camino de aprendizaje". Recuerda el día en el que su tío les trasladó que no iba a poder continuar en el Consistorio ribereño. Se hizo el silencio. Silvio le animó a que, tras ocho años de concejal, liderase la lista. Al final, otros dos ediles le dijeron que si él seguía, ellos también. Faltaban otros dos candidatos. Una ya había mostrado interés y al otro le tanteó Óscar. Su familia también le apoyó. Y este fue un factor fundamental, ya que "al final son los que te aguantan cuando estás cabreado". Todo confluyó y Pascual aceptó el reto. Confiesa que como concejal "vivía mejor" y que ahora el hecho de tomar ciertas decisiones resulta más complicado. "Esto es casi como la Champions League, la responsabilidad es mucho más grande", asegura Óscar, al tiempo que precisa que aunque sea "un pueblo pequeño", con cerca de 200 empadronados, "cada vecino tiene sus cuestiones" y a ello se suma el papeleo y "que cada día surge algo nuevo". Por si fuera poco, este año ha cambiado el reparto de los planes provinciales por parte de la Diputación de Burgos, por lo que han de acostumbrarse a otra forma de trabajar.
Tras cumplir su primer año como alcalde de Berlangas, Óscar, que vive en Roa de Duero y se desplaza a diario a Aranda para trabajar en Pascual, se siente "bastante satisfecho". Cree que fue una buena decisión y que por ahora "no va mal la cosa". Eso sí, subraya que "queda mucho por hacer". Por ejemplo, adjudicar ocho parcelas que han puesto a la venta para intentar que se instalen más familias con niños en la localidad. También quieren asfaltar varias calles y renovar el sistema de abastecimiento de otra, además de cambiar las puertas y ventanas del teleclub. Van poco a poco, con prudencia hasta controlar bien todas las gestiones y con el ánimo aportar su granito de arena al pueblo. Ya ven, los jóvenes también se involucran... y mucho.
Mirian Esteban Gañán | Alcaldesa de Baños de Valdearados y madre de tres niñas
"Me gustaría que fuese todo más rápido, la Administración es lenta"
Con tres niñas de 9, 7 y 2 años y trabajando a turnos en la factoría arandina de Michelin, el concepto de tiempo libre ya es complicado, pero esta bañusca se lanzó con 38 años a trabajar por el avance de su localidad. "Yo nunca había estado en política pero vivo 365 días en el pueblo y veía que Baños necesitaba mejoras, una limpieza de cara, no quería un Baños viejo y creía que podía aportar nuevas ideas para dejar la Edad de Piedra para lograr un pueblo del siglo XXI", recuerda Mirian Esteban los motivos por los que decidió dar el paso y encabezar la lista de IU en las pasadas elecciones municipales, en las que logró la Alcaldía por 30 votos.
Un resultado ajustado porque, constata, "aquí sabemos de qué pie cojea cada uno" después de una campaña que vivió con muchos nervios. "Fueron unos días muy duros, había ratos que me tomaba a risa porque poníamos un cartel y, al rato, te lo habían quitado, o íbamos casa por casa para entregar el programa y te cruzabas con los de la otra candidatura, que estaban haciendo lo mismo", recuerda con una sonrisa, aunque la recta final de la campaña fue estresante. "El sábado estábamos celebrando la comunión de mi hija y el domingo teníamos las votaciones", apunta Mirian como primera muestra de lo complicado que iba a ser conciliar vida laboral, familia y, ahora, la de los asuntos municipales.
¿Y cómo lo hace? Su respuesta es muy sincera: "Porque tengo un marido que tengo que ponerle en un altar, vamos a trabajar a turnos opuestos para poder estar con las niñas y, ahora con esto, él ha sacrificado cosas para que yo pueda dedicar tiempo al Ayuntamiento y, si él no puede, son mis padres los que se quedan con las niñas".
Tengo nuevas ideas para dejar atrás la Edad de Piedra y pasar al siglo XXI en Baños"
Después del impacto de que supuso la victoria en las pasadas elecciones, llegó el momento de regir los asuntos municipales, y ahí empezaron las sorpresas y el trabajo duro. "Los tres primeros meses no han sido los mejores de mi vida porque cuando entras de cero es todo más difícil, los cuatro del equipo éramos nuevos e íbamos como pollo sin cabeza, gracias a la secretaria que es el 100% del Ayuntamiento, yo le digo que no se le ocurra cogerse una baja", confiesa entre bromas. Pero después del impacto inicial, reconoce que la labor de alcaldesa es como se la había imaginado. "Está comprobado que, si tu no te mueves, no se hace nada; nosotros estamos ahora recogiendo la cosecha de este año trabajado, estamos consiguiendo muchas cosas", explica el punto en el que está ahora su equipo de gobierno. Una circunstancia que le hace sentirse orgullosa. "Algunos días llego a casa y mi marido me llama tonta porque se me caen las lágrimas, pero es de satisfacción por los logros obtenidos", reconoce, poniendo como ejemplo que "con dos llamadas a Educación he logrado que viniesen a ver el colegio y nos van a dar 4.000 euros para cambiar en septiembre dos puertas y la luminaria del centro".
A pesar de todos los avances de sus gestiones, Esteban no deja de remarcar que "a la hora de hacer cosas, me gustaría que fuese todo más rápido, porque está encauzado pero el plano administrativo es muy lento" como lo peor de esta experiencia municipal. Lo que le compensa, además que ver los avances, es que "a pesar de que soy muy clara, si te tengo que decir algo te lo digo a la cara, me siento querida por los vecinos".