Pacheta y su mujer, orgullo serrano y carretero

L.M. / Comunero de Revenga
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La Cabaña Real de Carreteros celebra en el Comunero de Revenga su XXV Exposición Forestal con una exhibición de tumba, arrastre y acarreo de pinos en la que se homenajeó al matrimonio formado por el entrenador de fútbol y Eugenia Santamaría

Hacía muchos años, tal y como rememoraba este sábado Antonio Martín Chicote, que no amanecía un día así de bueno en el Comunero de Revenga coincidiendo con la celebración de la Exposición Forestal del Sistema Ibérico. La campa junto a la Casa de la Madera rebosó de gente, ambiente y actividades durante toda la mañana con motivo de la vigesimoquinta edición de esta jornada de auténtica exaltación del orgullo serrano. Mayores y -sobre todo- jóvenes se lo pasaron pipa con el tumbe y las demostraciones de arrastre y acarreo de pinos secos a cargo de la Cabaña Real de Carreteros, que contaron con la inestimable colaboración de varias familias de la comarca.

«Es un día para reivindicar», resumió Chicote. Y vaya que si lo fue. Mientras unos se afanaban en cortar los inmensos árboles en peores condiciones, que al desplomarse lanzaban un estruendo aterrador, otros agarraban el tronzador o arrancaban las motosierras para empezar a desmenuzar cada uno de los ejemplares. Una vez dispuestos troncos de varios metros de longitud -con un peso de centenares de kilos- llegaba el turno de la caballería. Hasta cinco ejemplares de percherones no cesaron a lo largo de toda la mañana de 'rescatar' desde lo más profundo del monte todos los pinos que se iban talando en el interior.

Con una fuerza que dejaba pasmados a los asistentes, y como si de una cadena de montaje se tratara, los animales emplazaban los troncos en una pila y rápidamente regresaban guiados por sus dueños para cargar un nuevo pino. Esta forma de acarrear la madera se sigue empleando a día de hoy por varias empresas en los bosques de la Sierra de la Demanda al tratarse de la forma más efectiva de sacar a zonas con mejores accesos los troncos de pino secos.

Pacheta y su mujer recibieron el homenaje de la Cabaña Real de parte de su presidente, Antonio Martín Chicote (con la bota).Pacheta y su mujer recibieron el homenaje de la Cabaña Real de parte de su presidente, Antonio Martín Chicote (con la bota). - Foto: Patricia

En paralelo, dos preciosas vacas serranas -más grandes que un toro bravo- despertaban la curiosidad y los aplausos del numeroso público que se congregó por la mañana en el Comunero. Al más puro estilo de la Cabaña Real, y gracias a su tremenda fuerza, infinita paciencia y obediencia, cargaron encima de una carreta tres ejemplares de pino tras realizar numerosas maniobras. Guiados por dos miembros de la organización que busca preservar esta tradición tan ligada a la comarca, transportaron el cargamento desde el monte hasta la campa junto a la ermita.

El reconocimiento a Pacheta y a su mujer Eugenia estaba comprometido desde hace años"
Antonio Martín Chicote, presidente de la Cabaña Real de Carreteros

«No hay ni medio millar de ejemplares de esta raza de vacas en todo España», recordó Chicote, que agradeció muy encarecidamente la labor de preservación de estos animales que han llevado a cabo dos ganaderías de Soria en colaboración con esta Diputación. Con una vida que se puede prolongar dos décadas, no es al menos hasta que cumplen los 5 o 6 años cuando pueden empezar a acarrear cierto peso. «Tardan en desarrollarse y echar cuerpo, pero cuando lo hacen son las mejores para ir por el monte», reconoció. Y es que, a diferencia de los bueyes, con los que antaño se solía trabajar, el menor peso de las vacas serranas permite una mejor movilidad por los complejos terrenos de la Sierra de la Demanda.

Desde el monte partieron tanto los percherones como las dos protagonistas cargadas con los troncos por una pradera hasta el Comunero de Revenga. Tras varios años sin que este santuario acogiera la Feria, que se tuvo que celebrar en el cámping de Quintanar, este 2024 es el segundo seguido que se ha recuperado el emplazamiento original.

Los caballos transportaron los pinos del monte a la campa.Los caballos transportaron los pinos del monte a la campa. - Foto: Patricia

Vecinos ilustres. Siguiendo con mucha atención cada paso de los trabajos y disfrutando como lo que es, un serrano más, el entrenador de fútbol José Rojo Pacheta, oriundo de Salas de los Infantes, no quitó ojo a ninguno de los acontecimientos. Junto a su mujer, Eugenia Santamaría de Pedro, recibieron el reconocimiento de 'Carreteros del Año' por parte de la Cabaña Real. «Era un premio que teníamos comprometido desde hace años, pero primero fue el Valladolid y posteriormente el Villarreal los que impidieron que se lo pudiéramos entregar», recordó Antonio Martín Chicote en referencia a las últimas experiencias profesionales del técnico burgalés.

Este noviembre no quisieron desaprovechar la situación y entregaron al matrimonio tanto la tradicional camisa como la forja -cargada cómo no de pan, chorizo y una bota de vino- que caracterizan a los miembros de la organización. «Todos los serranos somos carreteros. Va en nuestro ADN desde que nacemos, es la herencia que hemos recibido y de la que nos tenemos que sentir siempre muy orgullosos», aseguró Chicote. Ni corto ni perezoso, tanto Pacheta como Santamaría no dudaron en empinar el pellejo y echar un largo trago ante los aplausos del público que se congregó.

Las dos vacas serranas fueron las protagonistas de la mañana al acarrear numerosos troncos de pino y llevarlos hasta el Comunero.
Las dos vacas serranas fueron las protagonistas de la mañana al acarrear numerosos troncos de pino y llevarlos hasta el Comunero. - Foto: Patricia

«Esta fiesta es el orgullo de todos los silvicultores que trabajan día a día en el bosque», sentenció el presidente de la Cabaña Real. La jornada se cerró con una exhibición de corte de troncos y la degustación del famoso ajo carretero.