Los excelentes resultados obtenidos por la Universidad de Burgos en materia de investigación llevan su sello. No en vano, este campo ha marcado la trayectoria profesional de José Miguel García Pérez desde que entrara en la institución como docente asociado en 1998. Cinco años más tarde se convirtió en profesor titular y en 2011 consiguió la cátedra. Entretanto, fundó el grupo de Polímeros, uno de los de mayor proyección nacional e internacional del campus. Metódico y perfeccionista, respondiendo a un perfil de «científico nato» que traslada a la gestión, ha decidido dar el paso de presentarse a ocupar la máxima responsabilidad académica. Lo hace, por ahora, con ausencia de rivales, con una propuesta, como prefiere denominar a su programa, que lleva por título UBU: Orgullo y Futuro.
La candidatura que presenta parte del actual equipo de gobierno. ¿Va a ser continuista?
A ver, yo formo parte de un equipo y estoy muy orgulloso de ello. Por tanto, mi experiencia viene de aquí y también del Decanato de Ciencias. Desde ese punto de vista siempre hay cierta continuidad, pero soy muy independiente. Cuando llegué al Rectorado, pedí a Manuel Pérez Mateos [actual rector] independencia en la gestión, que es la que he tenido y que creo que se ha notado porque se han tomado decisiones muy rápidas, y él me pidió lealtad con el propio equipo, que es lo normal y lo que yo pediré.
¿Pero de qué forma va a imprimir su propia marca?
Me voy a diferenciar como lo he hecho en investigación. Yo planifico estratégicamente y lo que voy a hacer es eso; identificar esas líneas principales, específicamente esa permeación de la Universidad en todo el tejido socioeconómico. Tenemos un entorno privilegiado industrial y nosotros debemos de contribuir a que siga creciendo y a que se desarrolle aún más, incluso con el fomento de la creación de empresas. Proveerlas de la formación que nos pidan, no solo de grado sino de una formación continua que cada vez es más relevante.
José Miguel García, único candidato a rector de la UBU. - Foto: Luis López AraicoMe refiero a nuevas ideas para esa comunidad universitaria que conforman 10.000 personas.
Aquí tenemos que incrementar la productividad general y para eso hay que disminuir drásticamente la burocracia a través del mundo digital, incluida la inteligencia artificial. Por otro lado, tenemos que mejorar crítica y drásticamente la atención a los alumnos y a los futuros alumnos; atenderlos durante las 24 horas del día. Y desde el punto de vista de la administración, pues modernizarla totalmente. Hay que eliminar procesos administrativos de profesores e investigadores que los tiene que realizar en parte el personal de Administración y Servicios y otra parte deben de ser automatizados. Tenemos que generar valor al trabajo de las personas y la burocracia lo que hace es exactamente lo contrario.
De no presentarse ningún otro candidato se convertirá en rector con la enorme responsabilidad de implantar el grado de Medicina. ¿Esto va a suponer un antes y un después para la Universidad?
Esto va a suponer un antes y un después para la provincia de Burgos, fundamentalmente, y también para la Universidad. Los graduados de cualquier título, esos futuros profesionales, permanecen mucho más en el entorno en el que estudian y en Medicina resulta crítico. Eso por una parte y por otra, la propia facultad va a ser un atractivo para los MIR que verán cómo tienen una vía más de desarrollo, de promoción y de hacer un trabajo que les gusta complementando la parte clínica con la investigación.
¿Qué contesta a esas voces, muchas veces surgidas en el ámbito académico como ha ocurrido con el decano de la Facultad de Medicina de Salamanca, que auguran profesionales en paro por la llegada de nuevas facultades?
No soy un experto en este tema, pero lo que veo son ambulatorios vacíos, plazas sin cubrir, que vas a tu médico de familia y resulta que esta semana ha cogido vacaciones o está de vacaciones y no le suplen porque no encuentran a nadie, contrataciones en el extranjero de médicos no tienen el MIR... Me parece muy bien, habrá que hacerlo porque no hay más remedio, pero esa es la realidad que estamos viendo todos. Hay gente que vive en realidades paralelas, los decanos no son exentos a eso. Lo que nosotros vemos apunta a todo lo contrario. El Colegio de Médicos ha apoyado con todas sus fuerzas la facultad y creo que es la principal voz a escuchar. Además, se trata de la segunda gran demanda de la sociedad burgalesa que comenzó casi desde que se creó la Universidad, que fue la primera. Por eso, es un logro de todos, un logro conjunto.
Tendrá que ocuparse de su desarrollo y puesta en marcha, pero el actual rector ya ha ido avanzando algunos planes sobre su ubicación y la adecuación de instalaciones. ¿Comparte su pretensión de rehabilitar los dos edificios históricos del antiguo Hospital Militar, en el paseo de los Comendadores?
Yo creo que antes o después hay que rehabilitar esos espacios. Si son los más adecuados para Medicina o no... A mí me gustaría escuchar a los médicos, que son los que saben. Está planeada una próxima reunión con responsables sanitarios para crear los grupos de trabajo y ellos tendrán que decidir sobre las ventajas o inconvenientes de cada lugar, dónde se puede ubicar, cuáles son los espacios, si los hay en el Hospital Universitario para impartir determinados cursos... Las posibilidades son múltiples.
(La entrevista completa, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos o aquí)