Una de las primeras noticias que este periódico publicó sobre la Agrupación Socialista de Burgos data de 1893, dos años después de salir a la calle la publicación y alrededor de quince desde que el tipógrafo Pablo Iglesias fundara el PSOE y el sindicato UGT. Entre otros asuntos, Diario de Burgos destacó la dura crítica que uno de sus miembros hacía al Ayuntamiento de la ciudad: «El compañero Lucio, quien se expresa con gran facilidad, trató entre otras cuestiones, la referente al banquete dado por el municipio al señor ministro de la Guerra, censurando vivamente a dicha corporación por haber convertido la casa ayuntamiento en merendero municipal y derrochado algunos miles que harán falta en el invierno para sostener a los obreros del coloño». El coloño era una ayuda municipal a través de pequeños empleos que intentaba paliar la extrema pobreza de la ciudad, a la que aún no había llegado la revolución industrial, y que se agudizaba en los meses fríos.
A lo largo de las primeras décadas del siglo XX es habitual encontrar en nuestras páginas informaciones sobre las iniciativas de ese grupo de obreros que recogieron el guante de los de Iglesias, y aparecen nombres como los de Enrique Domingo, Francisco Pascual o Vicente Abad, que reivindicaban los derechos de los trabajadores, pero que quizás ya no le digan nada a mucha gente, o se reproducían artículos de El Socialista o se anunciaban los mítines por el 1º de Mayo o se incluían crónicas sobre el desarrollo de los mismos. En 1907, por ejemplo, dábamos cuenta de una reunión celebrada en la Sociedad El Placer, sita en la calle de La Puebla, para posicionarse contra la intervención armada en Marruecos. El local, señalaba la crónica, estaba adornado con banderas de las sociedades obreras y de la Agrupación Socialista.
Andando el tiempo llegan los nombres de Luis Labín Besuita, líder indiscutible de los socialistas burgaleses a partir de la década de los años diez y personaje de referencia aún hoy, que con Manuel Santamaría ejercería un liderazgo alternante en el partido hasta la Guerra Civil, incidiendo en las políticas municipales. Labín fue concejal del Ayuntamiento en representación de las asociaciones obreras entre 1925 y 1930, y Santamaría, alcalde accidental desde julio de 1931 a mayo de 1934.
Las referencias a la actividad del PSOE se frenan en seco el 18 de julio de 1936, como se detiene la vida en toda España tras el golpe de Estado que inició el conflicto que desangraría al país durante tres años. Todas las personas que habían representado esta opción política y habían trabajado por ella tanto en el ámbito político como en el que ahora llamaríamos sindical (obrero, entonces) desaparecen de un plumazo: están muertas, encarceladas o exiliadas.
Tendrían que pasar 40 años para que el motor socialista, que se quedó al ralentí en Burgos cuando no prácticamente ahogado del todo, volviera a arrancar en el tardofranquismo. Lo hizo de la mano de un grupo de jóvenes obreros procedentes de diferentes espacios como el PCE -que durante el franquismo siguió manteniendo una cierta estructura-, de las primeras revueltas en los centros de trabajo y de movimientos católicos progresistas, con la Juventud Obrera Cristiana (JOC) a la cabeza. Es en los primeros 70 y con conflictos laborales en algunas de las grandes empresas burgalesas cuando se crea el caldo de cultivo que terminaría con el acto de refundación del PSOE y de la UGT en Burgos el jueves 14 de noviembre de 1974 en un domicilio particular de Gamonal, donde se rellenaron las actas de constitución de ambas organizaciones: el jueves se cumplen 50 años de este evento y el partido lo celebra con unas jornadas que serán clausuradas por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
(El reportaje completo y más fotografías históricas, en la edición impresa de este domingo de Diario de Burgos o aquí)