Cortar vídeos, estudiar al rival, prepararse física y técnicamente, estrujar la táctica hasta sacar fuego a la pizarra del entrenador, sesiones de fisioterapia y recuperación muscular, dieta equilibrada y personalizada, estudios biomecánicos en pretemporada… todo eso se prepara porque se presume importante y relevante en la competición, pero a gestionar las emociones de la competición, ¿cuánto tiempo dedicamos?
La motivación, la frustración, la pereza, la ilusión o la alegría son componentes que igualan las fuerzas en una fase final o, como en este caso, en un play off de ascenso. Aquí no hay favoritos, hay gestores de emociones. Quien mejor sepa cabalgar por la montaña rusa de todos esos sentimientos será quien el domingo sea equipo de Asobal.
En una entrevista a Manu Ginóbili, ya entrada en años, le quisieron hacer un 'guiño' relacionando su nombre con una carrera exitosa y el interlocutor se llevó un chasco al comprobar que la leyenda argentina lo que destacaba de su trayectoria eran las derrotas y puso un ejemplo: "Si miras a Michael Jordan, mejor jugador de la historia, seis anillos de la NBA… y jugó 15 temporadas". ¿Qué quiso decir? Que lo normal es perder.
Pues entonces, agarrémonos a las derrotas. Dos equipos burgaleses están en liza y, sí, gracias a Dios, tienen muchas derrotas acumuladas.
Sin las ocho derrotas del Tubos Aranda Villa de Aranda en la primera vuelta... ¿Habrían cuajado la segunda prácticamente inmaculada que han hecho? Pues yo me atrevo a decir que esos partidos perdidos son un aprendizaje que ahora les permite llegar a este fin de semana con la 'flecha hacia arriba'.
Y si miramos al UBU San Pablo Balonmano Burgos… hicieron un primer tramo de liga impecable, pero en el segundo acumularon siete dolorosas derrotas. ¿Decepción? Sí, por supuesto, pero llegado este punto la frustración torna en experiencia y ya se pudo comprobar un rato bueno ante Novás. Ahora el equipo debería estar 'on fire'.
Entonces, con todas nuestras opciones abiertas, ¿qué pedimos? Aparte del ascenso de uno de los nuestros, obvio, yo particularmente pido mi dosis.
Reclamo y exijo al fin de semana dopamina, serotonina y endorfinas. Le insto a la competición que me dote de tres partidos emocionantes porque nos lo debe. Porque no es fácil tener dos equipos en lo más alto de una competición y tampoco lo es para el aficionado gestionar las luces y sombras de una temporada que puede ser legendaria con el devenir favorable de los acontecimientos. Le pido respeto y comunión a las aficiones y le exijo a las plantillas que doten a El Plantío de dos días de auténtica pasión y emoción. Eso sí, Dios nos libre de taquicardias y de derrotas dolorosas, porque para esto no sirve ni el Trankimazin ni el Diazepam.