El nuevo confinamiento de Aranda de Duero, el tercero si sumamos el que vivió toda España en el estado de alarma, ha revivido todos los fantasmas de los dos cerramientos anteriores y ha disparado las alarmas en la ciudad. Desde los sectores más afectados, como la hostelería, y los sindicatos alertan de un «hundimiento» de la economía local y de «una medida devastadora». A falta de comprobar los efectos futuros de la medida, lo que ya es seguro es que el nuevo cierre perimetral de la capital ribereña entró en vigor esta medianoche y se prolongará, al menos, durante 14 días. La orden emitida por la Junta restringe la entrada y salida de personas en el municipio, salvo los desplazamiento adecuadamente justificados.
Para la gerente del hostal Rosales, Julia Cornejo, el confinamiento es «un desastre» y no entiende que vuelvan a cerrar Aranda «estando como está toda España», además «sin dar explicaciones ni nada». «Esto nos va a hundir. Somos el conejillo de indias, otra explicación no tiene», declara la hostelera para después indicar que en la mañana de ayer ya recibió llamadas para cancelar reservas de cara al puente de noviembre, un fin de semana en el que tenía ya ocupado el 70% de las plazas permitidas por Sanidad. Según Cornejo, los efectos no se notarán solo en los próximos 14 días, sino que ella prevé que esto eliminará diciembre y el sector no remontará hasta marzo.
Desde los bares y restaurantes arandinos sentencian que «llueve sobre mojado» y aunque las fechas sean menos dañinas para el sector que las de agosto, el confinamiento «vuelve a manchar la imagen de Aranda». Este cierre, más el de Madrid, genera que «los negocios se ponen prácticamente a cero y veremos muchos cierres», afirman desde la hostelería local. Además, en el sector critican los horarios de clausura impuestos durante el nuevo confinamiento, fijados para las 23.00 horas. «Eso es decir a la noche que no, un local de comida rápida todavía puede permitírselo, pero por ejemplo los asadores no», sentencian.
Dado que Aranda ha sufrido más confinamientos que la mayoría de ciudades de España, desde los sectores más afectados por el cierre también piden mayores ayudas. Una petición que apoyan los sindicatos (...).
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