Venezuela está a punto de vivir pasado mañana una de las tomas de posesión de la Presidencia más rocambolescas de su historia. Este viernes, en el Palacio Federal Legislativo, está previsto que el actual presidente, Nicolás Maduro, inicie su tercer mandato de seis años como líder del país latinoamericano, tras imponerse -según el Consejo Nacional Electoral (CNE)- en las pasadas elecciones del 28 de julio. Pero la historia podría tener un último giro de guion. Y es que el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, ha prometido aparecer en el acto para reclamar su derecho a subir al poder, ya que él y sus afines aseguran que fue él quien obtuvo la victoria en los comicios, marcados por presunto fraude.
Ante esta tesitura, un país entero se prepara para el choque de trenes que tendría lugar en la capital, donde el oficialismo confía en que Maduro cumpla con el trámite constitucional de jurar su cargo ante los diputados de la Asamblea Nacional.
Sin embargo, la tensión ya empezó a aumentar ayer cuando González Urrutia denunció el secuestro de su yerno Rafael Tudares en Caracas a manos de unos encapuchados. «Rafael se dirigía a la escuela de mis nietos a dejarlos por el inicio a clases, lo interceptaron hombres encapuchados, vestidos de negro, lo montaron en una camioneta color dorado y se lo llevaron. A esta hora se encuentra desaparecido», escribió a través de X.
No obstante, la oposición ya había convocado previamente movilizaciones y otras acciones para protestar en contra del juramento del dirigente chavista. A su vez, el oficialismo también planteó marchas a favor del mandatario y medidas para «garantizar la paz» durante los actos oficiales.
La líder opositora de Venezuela, María Corina Machado, confirmó ayer que saldrá de la clandestinidad y asistirá a la manifestación que ha fijado para mañana. «Por nada del mundo yo me pierdo ese día. Esto es un evento histórico, es un día en el cual todos los venezolanos queremos ser parte», declaró la exdiputada, haciendo un llamamiento a la movilización a nivel internacional.
Durante su discurso, Machado puso en valor que, en los últimos meses, la oposición ha logrado impulsar unas primarias a pesar de «la injerencia del régimen», presentando una candidatura sorteando los impedimentos del Gobierno y movilizando a una mayoría de venezolanos que los votaron en las elecciones presidenciales.
Además, la dirigente pidió a los militares y policías que recuerden que hay un país que «lo ha dado todo por un cambio» que los «necesita» para hacerlo efectivo. Por su parte, el candidato liberal ha prometido durante las últimas semanas regresar a la nación caribeña este viernes para asumir también su mandato como presidente, pero no ha explicado cómo lo pretende hacer. En septiembre salió del país y se instaló en España, aunque actualmente está en una gira que lo llevó a Argentina y el pasado lunes a Washington, donde se reunió con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien le mostró su apoyo. No obstante, las autoridades chavistas han asegurado que si pone un pie en Venezuela, será detenido.
Para asegurarse de que todo vaya según lo previsto, el oficialismo, a través del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, confirmó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) acompañará a Maduro en la toma de posesión. El titular de Interior, Diosdado Cabello, fue un paso más allá y acusó a los expresidentes que pretendan acompañar a González Urrutia de querer «asaltar el poder» y advirtió con una «respuesta contundente» a quienes intenten «actos de violencia» o de desestabilización.
Durante los últimos días en su gira americana, el líder opositor ha mostrado su confianza de cara a la toma de posesión de pasado mañana. «No desmayen en este esfuerzo que estamos haciendo, porque falta poco, falta muy poco para llegar a la victoria que tanto deseamos», aseveró durante su visita a Washington.
Ciudad blindada
Con la incertidumbre de lo que pueda ocurrir en el horizonte, la presencia policial y militar se ha visto reforzada en los últimos días, pero se ha hecho particularmente notoria en Caracas.
La vigilancia en instalaciones clave como el metro y las autopistas que conducen a la capital también ha sido aumentada. En este sentido, el jefe de la Dirección de Acciones Especiales de la Contrainteligencia Militar, Alexander Granko, aseguró que 1.200 uniformados adicionales están en las calles porque «el país está amenazado».