El día que ardió el sueño americano

M. Viqueira (EFE)
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Las llamas se comen uno de los barrios más acaudalados de Los Ángeles, Pacific Palisades, un distrito que ha mutado del lujo a las cenizas

Una propietaria encuentra piezas de porcelana fina en el que fue su domicilio - Foto: Reuters

El fuego ha convertido en cenizas uno de los barrios más exclusivos de Los Ángeles, Pacific Palisades, un distrito donde hace apenas una semana todo era glamur, lujo y ostentación. Seis días después de convertirse en la zona cero de los fuegos más devastadores de la ciudad de las estrellas, esta acaudalada zona ha pasado de representar un idílico estilo de vida a convertirse en una auténtica zona de guerra. 

Un ejemplo de ello era el caso de Alexei y Tatyana, que regresan por primera a la que era su casa, en la avenida Sunset de Pacific Palisades. No ha quedado nada de aquella vivienda de tres pisos en el condominio en el que residían, que fue de los primeros en arder a causa del virulento incendio que desde el pasado 7 de enero ha dejado 16 fallecidos. Además de 16 desaparecidos y 9.600 hectáreas quemadas.

«Pensamos que nuestra casa estaría segura, viviendo al lado de una estación de bomberos», cuenta Alexei nada más aparcar el vehículo y comprobar que no queda nada de su vida en el lugar donde decidió construirla hace cinco años.

Decenas de inmuebles destruidos Decenas de inmuebles destruidos - Foto: Carlos Barria (Reuters)Todas sus pertenencias, incluso las de más valor, quedaron dentro del apartamento porque en el momento del estallido de la llamas se encontraban de viaje por Europa. «En una noche prácticamente hemos perdido todo», lamenta. «Esta casa está perfecta -la aledaña- y la nuestra está reducida a escombros. Es increíble lo que ha pasado», afirma entre sollozos Alexei.

Un par de calles más arriba los vehículos están completamente calcinados: las marcas delatan el poder adquisitivo de estos vecinos: un Mercedes Benz por ahí; un Land Rover por allá. Árboles enteros arrancados de cuajo por los fuertes vientos, largas avenidas sin luz ni suministro eléctrico, semáforos que han dejado de funcionar y viviendas completamente carbonizadas completan esta desoladora postal de lo que un día fue el barrio residencial de ricos y actores famosos en las montañas de Santa Mónica.

Adiós a un estilo de vida

Después de seis días con varios focos activos, todavía arden mansiones en lo alto de las colinas que muestran entre los rescoldos cómo era vivir aquí antes de los incendios: un entorno familiar y acomodado, con ventanales frente al océano, unas calles hoy gobernadas por el toque de queda nocturno, pero donde era seguro caminar y los niños podían ir a la escuela andando. «No había casa que no fuese rica en Palisades», admite Tatyana.

Varios bomberos caminan hacia uno de los focos Varios bomberos caminan hacia uno de los focos - Foto: ALLISON DINNEREntre viviendas intactas y otras completamente carbonizadas, elegidas al azar por los fuertes vientos que golpearon la zona, el vecindario se ha teñido de tonos grisáceos y negros, con el sonido de alarmas de fondo y los bomberos trabajando sin descanso en algunas estructuras de las que todavía emergen columnas de humo.

Desde su casa, Tatyana apreciaba todos los días el tranquilo atardecer con vistas al Pacífico, el famoso muelle de Santa Mónica y, a lo lejos, el lujo que derrocha Malibú, también parcialmente consumido por las llamas.

«Podías vivir la vida perfecta americana aquí: casas preciosas con patio, la perfecta ama de casa, tener tus perfectos hijos. Este barrio es muy caro y por eso se vive tan bien aquí», explica.

En la ladera de la ciudad de las estrellas se quemaron numerosas viviendasEn la ladera de la ciudad de las estrellas se quemaron numerosas viviendas - Foto: Carlos BarriaEl coste de una casa en estas calles de colinas boscosas ronda entre los 10 y 50 millones de dólares.

«Es como si nada hubiese existido», se despide Tatyana mientras recorre la conocida carretera de la costa, una de las más bonitas de la Costa Oeste que hasta la semana pasada exhibía todo el esplendor con el océano Pacífico de fondo.