Aunque estemos en pleno otoño, el hecho de que no haya habido apenas transición entre el verano y los primeros fríos invernales ha espoleado a los burgaleses a hacer acopio de leña y pellet, combustibles que en todas aquellas viviendas con chimenea (chalés, adosados y casas unifamiliares, mayoritariamente) se están imponiendo al gas natural, el gasoil y la electricidad de unos años a esta parte, ya que en los últimos inviernos han registrado desorbitados incrementos en sus precios. Crisis energética, guerra de Ucrania (siempre se encuentran excusas y argumentos cuando de subir precios se trata). En Leñas y Carbones Sancho, establecimiento que distribuye y vende leña, carbón mineral y vegetal, pellets, etcétera, reconocen que las ventas han cogido velocidad de crucero pero no han percibido un incremento notable en las mismas en comparación con años anteriores, menos aún respecto al pasado, cuando se desató al final del verano una 'psicosis' vinculada a un subidón salvaje en el precio de estas materias que luego no resultó tal.
El regente de este negocio, Julián Sancho, tiene claro a qué atribuir que las ventas no se hayan incrementado notablemente cuando desde hace un par de años sí lo han hecho las de chimeneas: a que hay un mercado negro que hace mucho daño. «Hay mucho pirata vendiendo, sobre todo leña, pero también carbón vegetal. Yo me dedico a la biomasa y los combustibles sólidos; tengo licencia para ello. Sin embargo, todo el mundo vende de todo en cualquier sitio, desde grandes superficies hasta particulares». La venta de leña y pellet suele empezar al concluir el verano, pero como éste se ha alargado tanto, está siendo ahora cuando se ha notado una mayor demanda.
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