Las horas extraordinarias en el Servicio Municipalizado de Movilidad y Transportes (Smyt) del Ayuntamiento de Burgos hace tiempo que se convirtieron en un problema estructural que, lejos de reconducirse, va en aumento. La falta de efectivos obliga a los conductores de autobús, cada vez con más frecuencia, a tener que prolongar su jornada laboral y ello se aprecia en los datos de la liquidación del Presupuesto, que muestran que en 2024 se realizó un desembolso por este concepto de 294.702 euros frente a los 122.423 euros de 2023. Es decir, este gasto se duplicó con creces el año pasado.

La misma información deja ver que se superaron todas las previsiones, ya que en el Presupuesto de 2024 se reservó una partida de 182.520 euros y el gasto se ha incrementado en más de 100.000 euros respecto a sus cálculos iniciales.

La mejor prueba de que estos gastos se han convertido en estructurales se advierte al comprobar que en 2016 o en 2017, según los datos de liquidación de las cuentas de esos ejercicios, el Ayuntamiento pagó en horas extra del servicio de transporte colectivo urbano de viajeros 21.207 y 23.908 respectivamente. 

Ya en 2021 se presupuestaron 175.000 euros, lo que significa que, de media, cada uno de los más de 170 conductores ingresaba por esta vía cerca de 1.000 euros anuales, y ahora lo que muestra la liquidación es que en 2024 existen unas obligaciones reconocidas por valor de 294.702 euros.

Poca culpa parecen tener los trabajadores ya que, sin entrar en consideraciones sobre el hecho de que estas retribuciones puedan estar bien consideradas, realizan las horas extraordinarias que se les requiere para cumplir con las exigencias que marca el servicio. Ya sea en el día a día o para trabajar en días con servicios especiales como pueden ser las fiestas del Parral, los Sampedros (por las Barracas) o con la festividad de Todos los Santos.

El nuevo mapa de líneas que se puso en marcha el pasado mandato no sirvió, precisamente, para reducir las horas extraordinarias y a los representantes de los trabajadores no les costó demasiado imponer sus argumentos en cuanto a calendarios y descansos.

La incorporación de nuevos trabajadores no ha servido tampoco para reducir las horas extraordinarias y lo cierto es que los casi 300.000 euros de esta factura podrían haber valido también para pagar a nuevos empleados del servicio.

Pese al incremento de este gasto, el Ayuntamiento ha vuelto a presupuestar de cara a este 2025 otros 182.520 euros.