Tras la calma de un verano y un otoño muy secos, han llegado las tormentas y, como en anteriores cursos, el Ebro ha empezado a crecer. Eso sí, en esta ocasión lo ha hecho de una forma muy repentina y ha multiplicado hasta por ocho el caudal a su paso por Miranda en apenas 24 horas. Este lunes, a primera hora de la mañana, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), contabilizaba un total de 30 metros cúbicos por segundo, mientras que ayer, en la misma franja de tiempo, la cifra ascendió hasta superar los 240 metros cúbicos. Este aumentó conllevó que el agua cubriera una parte de los paseos en la ribera más cercana al Casco Viejo. En los próximos días se prevé cierta estabilidad, pero el sábado anticipan una crecida aún mayor.
Por su parte, los dos principales afluentes que atraviesan Miranda, el Bayas y el Zadorra, también crecieron de una manera muy rápida y notable. El primero pasó de tener algo más de 4 metros cúbicos por segundo el lunes por la mañana a contar con un caudal de casi 47 metros cúbicos ayer a esa hora. De forma similar, el segundo no llegaba ni a los 6 metros por segundo hace dos días y el martes alcanzó los 60. Eso sí, ninguno de los dos, al menos ayer, se desbordaron en el término municipal de la ciudad.
Ante la actual situación, el concejal de Seguridad Ciudadana, Pablo Gómez, explica que el Ayuntamiento ha recibido un«aviso» por parte de la Confederación, aunque al mismo tiempo apunta que «de forma habitual monitorizamos el río» y ya conocían las previsiones. «Cuando aumentan las precipitaciones lo vemos más a menudo y estos días hemos estado más atentos aún si cabe», remarca. Con todo, el edil comenta que están «vigilantes» y «pendientes» del Ebro y sus afluentes en Miranda, «sobre todo porque hay previsiones de nieve en la cuenca y eso hará que el volumen de agua sea mayor» (...).
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