La protesta contra la remodelación de la plaza de toros de El Plantío, en la que participaron alrededor de 200 manifestantes, vivió ayer la tercera jornada de altercados. En esta ocasión, los violentos, un parte de los concentrados, trasladaron los actos vandálicos a las calles del centro de la ciudad, en donde, ante la incredulidad de los viandantes, arrasaron con lo que se encontraron a su paso. En su bagaje, numerosos contenedores quemados, sucursales bancarias apedreadas y daños cuantiosos en el mobiliario urbano. Se produjo una detención, después de que un individuo arremetiera contra un agente.
En la concentración, que se convocó para las ocho de la tarde en la plaza del Cid, se decidió llevar la protesta hasta la casa del alcalde, junto a la plaza de San Agustín. La marcha discurrió sin incidentes y con gritos contra la obra y por la presencia de la Policía Nacional. Fue al llegar a las inmediaciones de la vivienda del alcalde cuando la situación se tensionó. Tras unos primeros empujones, un sujeto se abalanzó contra un policía y cuando se le llevaban detenido comenzaron a llover alcantarillas, piedras y papeleras en dirección a los agentes.
A partir de ahí, los grupos violentos se dispersaron. Arrojaron piedras contra las dotaciones policiales y comenzaron a realizar destrozos por la calle San Pablo. Allí quemaron los primeros contenedores, arrancaron alguna papelera y apedrearon las sucursales bancarias. Lo mismo hicieron en la calle Santander, Hortelanos-Plaza España y la avenida de la Paz. No hubo entidad financiera que se librara de los destrozos.
Con los manifestantes dispersos, un grupo de unas 30 personas se trasladó hasta la Comisaría para pedir la libertad del detenido que, según informó un integrante de la Asamblea contra la Especulación, durmió en el calabozo. También expresaron su voluntad de intentar impedir que este lunes prosigan las obras de la plaza de toros.