Hace ya muchos años que la Inspección Técnica de Edificios (ITE), en sus diferentes denominaciones, es obligatoria y pese a ello, de manera recurrente, en el área de Licencias del Ayuntamiento de Burgos se tropiezan con propietarios que no presentan a tiempo el preceptivo informe técnico en el que se detalle el estado de conservación de un edificio tras cumplir los 40 años de vida (o una década después de haber superado el último examen).

Pero si ese es un problema que se repite de manera periódica, lo que también se producen son casos en los que sí se presenta la documentación con el diagnóstico del inmueble, pero no se realizan las obras para corregir los desperfectos o patologías que se han detectado. 

En el número 1 de la Plaza Mayor entienden que no hay excusa que valga y han llegado al convencimiento de que, en muchas ocasiones, solo se logran progresos con mano dura y apercibimientos de sanciones.

Solo en los dos últimos meses han salido del Ayuntamiento al menos una veintena de resoluciones en las que se requiere a la propiedad de los inmuebles para que «solicite la licencia de las obras necesarias para el cumplimiento del deber de conservación en un plazo máximo de tres meses». Una cifra de requerimientos que no se queda ahí ya que crece a medida que se echa la vista hacia atrás.

Los informes del servicio de Obras, avalados por otros de Arquitectura y por los jurídicos del área, recuerdan a los propietarios de que en el caso de no presentar la documentación que se les requiere se enfrentan a una sanción de entre 3.001 y 15.000 euros.

En la mayoría de estas resoluciones se recuerda a los propietarios que no solo tienen que presentar la solicitud de licencia ya que lo verdaderamente importante es que se «inicien y ejecuten las obras en los plazos señalados por la normativa urbanística».

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