Tras reabrir la causa del triple crimen a la vista de los indicios que reunió contra Ángel Ruiz la Guardia Civil en la investigación del asesinato de Rosalía Martínez Gandía, la Policía Nacional ha ido añadiendo a ese listado de pistas otras evidencias -ninguna de las cuales ha llegado a la categoría de prueba- que han hecho crecer las sospechas sobre este vecino de La Parte de Bureba, en la actualidad en prisión. Muchos de los nuevos argumentos que ha reunido la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) están relacionados con testimonios de allegados del investigado -algunos considerados testigos protegidos en el procedimiento- que reproducen comentarios de Angelillo que no hacen más que alimentar sospechas. 

Un ejemplo tiene que ver con el número de la zapatilla que dejó la 'famosa' huella en la puerta de la habitación del hijo menor de los Barrio, Álvaro, cuando el asesino la tiró de una patada para matarlo. En un momento dado le comenta a un conocido que la huella de la pisada que tiene la Policía es más pequeña que el número de su pie, pero que lo que no saben los investigadores es que él puede calzarse una talla más pequeña, porque durante una hora no le pasaría nada. A esa misma persona también le dice que los policías son unos inútiles porque se pusieron a registrar su casa y sus tierras para ver si encontraban algo y él no iba a ser tan tonto de esconder cosas en sus propiedades.

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