Ni el niño es ya tan niño ni el diez que le pusieron en la espalda tiene el brillo que prometieron. La historia de Ansu Fati se escribe con la nostalgia de lo que pudo ser y no fue, el deseo de encontrarle un relevo al 'dios' Messi, las expectativas mal gestionadas, el peso de la presión y una fecha, el 7 de noviembre de 2020, en la que todo se rompió.
Ese día se rompió el menisco interno de la rodilla izquierda. En plena evolución hacia el estrellato, con un contrato hasta 2027 y una cláusula de 1.000 millones de euros, el muchacho al que colgaron el cartel de 'El Heredero' comenzaba sin saberlo una travesía descorazonadora de lesiones encadenadas que le han impedido crecer. Aún con 22 años, edad en la que otros son aún prometedoras promesas, algunos lo ven ya como un ex futbolista.
A Ansu hay que recordarlo de vez en cuando. Es la prueba más evidente de esos estrellatos fugaces que el 'entorno-fútbol' (clubes, afición, prensa, representantes con poder -Jorge Mendes es quien lleva las riendas de su vida- y todos los agentes involucrados) crea para satisfacer necesidades puntuales y puede que también efímeras. El chico que nació en Guinea-Bisau, que llegó a Sevilla a los seis años, que entró en la cantera hispalense a los 10 y que solo dos años después viajó a Barcelona para integrarse en La Masía. El delantero al que se le caían los goles en categorías inferiores y que fue rompiendo récords de precocidad y que firmó su primer contrato profesional con 17 debutó como internacional absoluto sin cumplir los 18 (3 de septiembre de 2020). Ese muchacho llegaba para reclamar el trono de los jóvenes, intentando auparse sobre todos los futbolistas nacidos en 2002: Palmer, Pedri, Camavinga, Barcola, Doku, Lukeba, Gravenberch, Nico Williams, Gvardiol…
Durante un tiempo que ahora parece apenas un suspiro, Ansu estuvo por encima de todos ellos. Muchos ni habían debutado en la élite cuando aquel 7 de noviembre recibió una entrada de Mandi que lesionaba su rodilla izquierda: los especialistas diagnosticaron un período de recuperación de cuatro meses que se alargaron hasta los 10… pero que, para muchos, sigue prolongándose cuatro años después.
Brighton
No encontró su sitio en el Barça entonces y tampoco lo hizo en su cesión del curso pasado en el Brighton & Hove Albion: De Zerbi era de los creyentes y terminó apostatando. El jugador no encontró su sitio (apenas marcó cuatro goles en 30 partidos) y volvió a lesionarse en el gemelo (dos meses de baja). Su último tanto data precisamente del 21 de octubre de 2023. 440 días desde aquel gol de la novena jornada ante el Manchester City en la Premier, y 578 desde su última diana como azulgrana (38ª jornada de la 22/23, ante el Celta). Incluso esta temporada, en la que ha tenido un papel residual para Hansi Flick (158 minutos en siete partidos), ha sufrido dos percances que le han obligado a perderse 11 encuentros (80 días de baja).
Todos los 'portales de rumores' del entorno azulgrana sitúan al muchacho fuera del equipo. El técnico, que ahora mismo tiene a dos atacantes fuera de la ecuación (Olmo y Pau Víctor) no cree que sea una buena idea desprenderse de ese chico que hacía goles casi sin querer. El club necesita ventas, liberar masa salarial… pero la devaluación de Ansu Fati ha sido descomunal en las últimas tres campañas y pocos sacarían la cartera por una operación de tanto riesgo. Las cesiones vuelven a la mesa (se habla del Como italiano, del Sevilla…) porque el club culé no querría encontrarse en la situación de que Ansu 'resucitara' y él no fuese el dueño de la ficha.